Quiénes son los monjes brasileños que sanan a distancia: el método espiritual que promete curar enfermedades mortales

Imagen referencial.
Imagen referencial.

Se hacen llamar Monjes Tupyara y, desde hace varias décadas, gozan de una cierta notoriedad por sus milagrosas “operaciones espirituales” con base en la “energía divina”. Aunque hay escépticos de su actividad, también hay quienes confían ciegamente en el fenómeno. A continuación, todos los detalles.

Hace algunos años, con mayor precisión en junio de 2017, María Paz Sanzana ofreció su testimonio al Buenos días a todos para la construcción de un reportaje acerca de los distinguidos monjes sanadores de Brasil y sus “misteriosas” facultades para eliminar a distancia enfermedades complejas y mortales. La idea, en efecto, era aproximar una realidad aquí algo desconocida pero que allá, en tierras brasileras, y otros sitios, despierta toda clase de opiniones. De un lado están quienes se aferran a la fe y difunden boca a boca la eficacia del fenómeno, mientras que otra porción, sin una contraparte científica, niega esa posibilidad.

Sanzana, productora de eventos, aseguró entonces que estos seres luminosos se ocuparon de curar a su esposo, paciente de un agresivo cáncer a la próstata, en el año 2000:

“Mi marido empezó a sentirse mal, llegamos al urólogo y tenía un asunto maligno en la próstata, típico en los hombres mayores a cuarenta años. Nos asustamos mucho porque cuando a ti te dicen cáncer de cualquier cosa, tú decís muerte. Y bueno, recurres a todo. A Dios, a la virgen, en lo que tú tienes creencias, digamos. Yo soy católica y me acordé de Sor Teresita, de todos los santos habidos y por haber, pero en una de ésas me acordé de los espíritas de Brasil”.

Sanzana, de inmediato comenzó su búsqueda en internet. Era, claro, un internet con muchas menos herramientas que las disponibles ahora, pero de uno u otro modo llegó a la dirección exacta de los sanadores. Les escribió una carta de puño y letra explicándoles detalladamente la situación de su esposo, y mientras continuaban con el tratamiento médico sugerido de entrada, que incluso supuso una intervención, aguardó por su respuesta.

“En esa época los monjes se demoraron como veinte días. Hoy en día, se demoran dos meses”, advirtió frente a la lente de la cámara.

En poco tiempo, su marido superó la tan temida enfermedad.

Agradecida y con una confianza ciega en el proceso, María Paz volvió a recurrir a los monjes unos meses antes de hablar con el matinal de TVN. En esa oportunidad para que velaran por la salud de Natalia, su hija, quien padecía terribles dolores en la columna vertebral:

“A fines de marzo les escribí a los monjes y, cosa curiosa, ayer me llamó la Nati, y me dice: mamá, estamos a 12 de junio y tú les escribiste en marzo… Yo le dije gordita, ten paciencia. Es que mamá, estoy con dolores… El conserje me dice señora María Paz, tome. La veo y era Templo Espírita”, exclamó mientras enseñaba una carta.

Eran las ocho de la noche y, enseguida, Sanzana citó a su hija, porque el contenido del texto le indicaba que la operación que los monjes habían comprometido a distancia tendría lugar a las diez, apenas dos horas después.

Entonces, en su relato, “estábamos en mi cama las dos, tomadas de la mano y lo único que te puedo decir es que nos vino una somnolencia como si nos hubiesen apaleado”.

“Yo quiero decirles que tengan paciencia, pero sí tengan mucha fe, no desconfíen. Esto va pa’ todas las religiones, seas evangélica, católica, judía. Eso sí, todo se hace a nombre de Dios, en nombre de Jesús, incluso la oración que viene acá es en nombre de Jesús. La cosa es que ustedes se encomienden, se dirijan al Dios que ustedes quieran. Y con fe pidan que el monje que va a venir en ese momento, el espíritu que va a venir a sanarlos, lo logre”, completó, sobre el fenómeno, la mujer.

Charla en el templo.
Charla en el templo.

El video que contiene la historia de María Paz y su familia, data del 15 de junio de 2017, tiene más de 400 mil reproducciones y supera los mil doscientos comentarios. Los primeros dos, de entre muchos, convalidan la milagrosa efectividad del fenómeno:

“Yo fui operada por ellos hace mucho tiempo, del corazón y de los miomas y fui sanada. Sólo tienes que tener fe y será un éxito, son los médicos del cielo”, escribió @mariaelenacastro8775. Y un poco más abajo, @floidaquezada8399 agregó que “también yo me curé con ellos. Me operaron de la columna. Aprendí muchas cosas de esto. Por ejemplo, que del tratamiento dejé por orden de ellos, todas las carnes, los embutidos, todo lo que contenía grasas. Es increíble la limpieza que sentía en el interior de mi cuerpo. Después de esa operación fui otra persona”.

En este estado de cosas, aún quedan algunas dudas por resolver.

¿Quiénes son los sanadores brasileños?

José Herman Hungerbühler, hijo de un ingeniero suizo y una dueña de casa brasileña, nacido al igual que ella en Diamantina, estado de Minas Gerais, es el responsable de todo esto.

Según reseñan en su sitio web, desde temprana edad él tuvo la capacidad de relacionarse con los fenómenos espíritas, es decir, ver y escuchar espíritus. Esa habilidad propició su asistencia a unos cuantos seminarios católicos, primero en su tierra natal y más tarde en São Paulo. En principio su idea era la de convertirse en un sacerdote, pero luego la abandonó en desmedro de una nueva actividad profesional. Y en 1929, con apenas 26 años, empezó a practicar la Doctrina Espírita en consonancia con su repertorio mediúmnico, que incluía clarividencia, audiencia e intuición. Las manifestaciones espirituales, explican, “le trajeron la confirmación de todos los trabajos espirituales realizados en las sesiones espíritas por Tupyara”.

El templo.
El templo.

Predicador del evangelio y con la orientación de sus mentores, el 8 de diciembre de 1943, día que por cierto consagra La Inmaculada Concepción, José Herman Hungerbühler fundó el Templo Espírita Tupyara. Ellos mismos lo definen como un “centro de socorro espiritual” que “con base en los postulados de la Doctrina Espírita Cristiana”, presta “atención y amparo espiritual a todo aquel que lo necesite”.

Eso se tradujo pronto en decenas, cientos, miles de solicitudes que con el pasar de los años llegaron primero a él y luego a los monjes que perpetuaron un fenómeno tan milagroso. Lo que llaman “operaciones espirituales”.

José Herman, cabe mencionar, falleció el 11 mayo de 1964.

¿Qué técnicas utilizan los monjes sanadores y cómo contactarlos?

Distinguidos como Monjes Tupyara, este misterioso grupo sostiene que su método tiene como base la meditación y la oración. En otras palabras, hacen uso de la energía divina para orientar la sanación hacia quienes lo necesitan. De todos modos, no hay información detallada respecto de quienes son los que llevan adelante sus intervenciones o cómo.

Ellos lo explican así: los humanos en ocasiones padecemos de molestias y enfermedades físicas imposibles de curar únicamente con la medicina tradicional, de modo que es en esos casos donde aparece la “operación fluídica espiritual”, que es lo que pueden ofrecer los médicos espirituales: atender a los pacientes “con impactos en su cuerpo material, corrigiendo cambios en su estructura físico-orgánica”. Un aspecto clave, precisan, es que el beneficiario en ningún caso debe abandonar el tratamiento médico que puede estar recibiendo, porque estas operaciones espirituales no pretenden reemplazar la terapia convencional.

María Paz, por su parte, entregó algunas pistas: “En la operación, en el fondo, tiene que ser todo blanco. El enfermo se tiende en una cama en lo posible blanca, sacar todo lo que es de color, y se puede tapar con un plumón o una sábana blanca. Y en la parte del velador, pones en lo que tú más creas; yo puse a Jesús, a Sor Teresita, a la Virgen de Guadalupe. Y tiene que haber un jarro y un vaso que tiene que ser transparente, nada de letras, nada de etiquetas. Cuando tú dices la oración de la petición de tu enfermedad, tú tomas un sorbo de agua. Esta agua que vas a echar, un litro en el jarro, un agua destilada, pura, no de la llave, tú guardas esta agua durante una semana y vas tomando un sorbito cada día. Y sobre el agua que te queda, vuelves a echar agua ahí. Es como agua bendita”.

“La persona se acuesta”, explicó luego, “se queda quince minutos tranquila, se tapa y espera”.

En cuanto a cómo contactar a estos seres luminosos, como todo, las opciones han ido aumentando con el tiempo.

Décadas atrás, como relataba María Paz Sanzana, había una sola opción; escribirles de puño y letra una carta con determinadas indicaciones a la siguiente dirección:

Rua Luiz Bezerra, 116 - Eng. Novo - Lins de Vasconcelos, Río de Janeiro - Brasil - CEP: 20710-160.

Ahora, sin embargo, es posible contactarlos por correo o bien por su sitio web para programar la operación. Aquí, toda la información.

Sus servicios, por cierto, son completamente gratuitos.

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