Crónica

"Me da lata cuando dicen que no sabemos manejar"

A la hora de cazar a un delincuente, además de un policía con nervios de acero y valentía sin igual, se necesita un conductor a prueba de choques, capaz de perseguir a los bandidos motorizados hasta el fin del mundo.

Por esta razón, la Policía de Investigaciones tiene un departamento llamado Cecapro, donde se preparan los asistentes policiales, quienes son los encargados de manejar los papús de la PDI.

Aunque suene papita pa'l loro, la pega es súper compleja. Por eso, los futuros asistentes deben prepararse por seis meses, pues serán la mano derecha del oficial a cargo de los procedimientos.

De los postulantes, un 98% son varones, y pa' peor, de las escasas evas, son pocas las que aprueban los exámenes para sumarse a la institución. Pillar a una mujer en estos menesteres es más complicado que encontrar la famosa aguja en el pajar.

Los ojos de lince de La Cuarta se toparon con la linda Yenny Figueroa Moya (32), la única bella que está tras el volante en la PDI de Rengo.

La joven trabajó ocho años en la Prefectura de Rancagua y hace poco más de uno, regresó a su tierra natal. Aunque está a punto de cumplir una década como asistente policial, igual existen ocasiones en que se le sube la adrenalina.

"Hace unos días me tocó ayudar en la detención de un sujeto que presuntamente secuestró y violó a una muchacha. Gracias al trabajo en conjunto con la oficial y la colaboración de otros colegas, conseguimos detener al secuestrador", comenta.

- ¿En qué consiste tu labor?

- Me toca conducir y colaborar con el investigador, además de protegerlo en caso de emergencia. Si hay un ataque, repelerlo, por eso la ley nos autoriza para portar armas en el servicio policial.

- Ufa. ¿Alguna vez pensaste en ser oficial de la PDI?

- Sí, pero justo tuve a mi hija y no pude. Luego surgió la oportunidad de ser asistente, y es lo más lindo que me ha tocado en la vida. Estoy orgullosa de mi trabajo.

- ¿Qué edad tiene tu hija?

- Ocho años y es súper aprensiva con mi pega. Siempre me dice 'mami, ten cuidado con los ladrones. Cuídate mucho'. Es súper consciente de lo difícil de este trabajo.

- ¿Te toca lidiar con el prejuicio que las mujeres no saben conducir un auto?

- Sí, es típico. Es una talla súper común de que las mujeres somos un peligro al volante.

-¿Qué haces cuando escuchas esas bromas ?

- Igual me da lata cuando dicen que somos malas para manejar.

- Pero, ¿les paras el carro?

- Trato de hacerlo de una forma discreta, con la sutileza de una dama. Les explico que también hay hombres que manejan como las huifas.

- ¿Y tus colegas?

- Con ellos no tengo problemas, me regalonean harto y me cuidan un montón. Como soy la única mujer en estas funciones, me tratan como una reina.

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