El escenario era perfecto: Los jugadores por fin pisaban La Moneda tras casi un mes a puro amorsh cibernético y la barra respondía con gritos y ceacheís en la Plaza de la Constitución. Eso sí, los más prendidos se sentían igual que frente a una sirena: No había por dónde meterse.

Una bandera del mismo tamaño que las toallas del Negro Piñera colgaba en el Palacio de Gobierno y una tremeeenda alfombra impoluta de color rojo daba la bienvenida al team del Loco. "¡Quién fuera tapiz!", se oyó gritar a las chiquillas, que ya se imaginaban la zapatilla número 48 de Alexis.

La cuestión es que alrededor de las 11 de la mañana se produjo el encuentro más esperado que fin de semana largo. Uno a uno los cracks fueron bajando del bus con cara de asombro, aunque jugadores como el "Pitbull", Carlitos Carmona y el propio tocopillano ya lo habían vivido con la sub 20.

Gabriel Ruiz-Tagle fue el encargado de recibir al plantel, al que sólo le faltó mostrar el pase escolar. ¡Parecían verdaderos pingüinos en recreo! No de escuela con número, eso sí. Por eso, abundaron las risas y bromas, incluso cuando se asomaron al balcón junto a Don Tatán. ¡Era lo mínimo!

Pero faltaba un gesto todavía más enriquecedor, pa' descartar cualquier cahuín estilo "SQP". Antes de que sonara la campana para partir al búnker, Don Seba y la Roja tuvieron un intercambio de regalos. Sí, porque Tatán se lució con las Medallas Bicentenario y el primero en recibirla fue el presidente de curso, Claudio Bravo.

"Lo que lograron no es por azar, sino por el talento de los jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. También es por el esfuerzo y amor por la Roja", dijo el Presi, que también destacó "el compromiso, la forma en que cantaron el Himno Nacional y por cómo celebraban cada uno de los goles". Y eso que fueron tres, nomás.

Pero Tatán también sacó premio. Los jugadores le dieron la camiseta "15", con la que Jean Beausejour vacunó a Honduras, y le agradecieron la inviteichon. ¿Luego? Pa' la casa, pero nuevamente ovacionados por las dos mil personas que los vieron caminar al bus por la alfombra roja, a lo rockstars.