Revelan nuevos datos sobre el caso de Ronald Ojeda que pueden ser cruciales para la investigación

Revelan nuevos datos sobre el caso de Ronald Ojeda que pueden ser cruciales para la investigación.
Revelan nuevos datos sobre el caso de Ronald Ojeda que pueden ser cruciales para la investigación.

Los peritajes de las autoridades han permitido dar con distintos sospechosos y artículos que han sido vinculados con el secuestro del exmilitar venezolano.

Han pasado más de dos semanas desde que se reportó el crimen contra el teniente Ronald Ojeda, el exmilitar venezolano que fue raptado desde su departamento en la madrugada del pasado 21 de febrero.

Pese a que todavía se desconocen las motivaciones de los delincuentes, las investigaciones policiales sí han arrojado pistas e identificado sospechosos.

De hecho, fue este lunes cuando se formalizó a un adolescente de 17 años identificado como Ángel, quien presuntamente habría facilitado el secuestro.

Según rescató La Tercera, el fiscal Esteban Silva expuso en una audiencia reservada los nuevos datos clave del caso.

Junto con el joven mencionado, se identificó a otro implicado en el secuestro de Ojeda, según informó el Ministerio Público.

Su nombre es Walter Rodríguez Pérez, tiene nacionalidad venezolana y varias órdenes de detención en su historial.

Esto, por su vinculación con delitos de carácter violento.

Los nuevos datos del caso

El vínculo entre dicho sujeto y el crimen contra Ojeda se hizo a partir de un error de los delincuentes, quienes se llevaron dos celulares que el exmilitar tenía en su residencia.

Tales móviles fueron hallados en un vehículo Nissan que estos últimos abandonaron en la comuna de Renca.

Pero una particularidad que tienen esos dispositivos, es que ambos estaban rotos.

A pesar de lo anterior, los agentes de la PDI pudieron identificar una huella dactilar en uno de los aparatos, la cual llevó a que dieran con Rodríguez.

En las cámaras de seguridad del edificio en el que vivía Ojeda, también se pudo ver que uno de los secuestradores recibió los teléfonos.

Dichos datos, junto a los que había conseguido la investigación previamente, permitieron que se pudiera identificar a un tercer sujeto, llamado Maikel Villegas Rodríguez.

Este último es miembro de una de las facciones del Tren de Aragua y, presuntamente, le habría ofrecido “trabajo” a Ángel.

Sin embargo, cuando interceptaron sus comunicaciones a través de la orden correspondiente, se percataron de que los últimos movimientos de su teléfono se habían efectuado en Arica.

Para ese entonces, habían pasado cinco días desde que se realizó el secuestro, por lo que se intentó hacer un cierre de fronteras que finalmente no se concretó.

“Villegas se encontraba en la Región de Arica, por lo tanto, era indiciario que estaba intentado salir del país, por lo que se dispusieron todos los medios para detener esa salida, pero eso no ocurrió. Todo indica que Maikel Rodríguez se encuentra fuera del país, lo mismo que Rodríguez Pérez”, explicó el fiscal Silva en la instancia.

Mientras aquello ocurría a contrarreloj, la Fiscalía y la PDI estaban en busca de Ojeda, hasta que el 29 de febrero un testigo protegido hizo una llamada a la Brigada de Crimen Organizado (Brico).

En esa conversación contó que cuatro días después del secuestro un habitante de una toma advirtió que había un escenario inusual, en el que “personas habían realizado una excavación y posteriormente habían puesto cemento para luego huir”.

Incluso, dijo que uno de ellos admitió: “Estamos metidos en algo grave”.

Fue así cómo llegaron a la toma Vicente Reyes, en donde se encontró —debajo del cemento— una maleta con el cadáver de Ojeda.

El cuerpo no tenía lesiones adicionales a las provocadas en el instante en el que lo pusieron dentro de esa valija.

Posteriormente, a través de la declaración del primer formalizado, se supo de una casa en Lo Blanco, San Bernardo, a la que habrían llegado los delincuentes después del secuestro.

Según su relato que fue parafraseado por la Fiscalía, ahí habían “sujetos de nacionalidad chilena, quienes taparon con sábanas a los falsos policías al momento de entrar”.

Pese a que se sabe de la existencia de dicho lugar, las autoridades aún no han podido dar con su ubicación.

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