Roberto Fantuzzi: "No le tengo miedo al cáncer"

Roberto Fantuzzi conversó con La Cuarta y reveló los detalles de la batalla que libra en contra de la enfermedad. No tiene temor, pero admite que no está preparado para morir.

Son las 07.00 en punto y Roberto Fantuzzi, el director de Asexma, llega a su pega en la calle Huérfanos tal cual lo hace hace 28 años.

En cada rincón del piso 8, que ocupa el organismo que preside, se refleja la personalidad del empresario, que se hizo conocido en nuestro país por las ollas y los sartenes.

Y a pesar de tener 76 años, posee la personalidad de un joven, con la talla a flor de piel y una risa contagiosa.

A cada una de sus visitas les pide tomar asiento frente a su escritorio. Hay para escoger entre una taza de wc, un pupitre y un trono dedicado al "Rey de los Weones".

Se para, ofrece un café y camina con un poco de dificultad. Después de preguntar por los cambios sufridos por el diario La Cuarta confiesa que está algo cansado y antes de darnos la oportunidad de preguntar, dice: "tengo cáncer, sí y ya está".

- Chuta, ¿y cómo se siente? Dentro de todo bien. Eso sí me duele todo el cuerpo, más bien la espalda, uf...harto. Yo siempre he sido un hombre muy activo, no me gusta llevar un dolor constante, bueno, como a nadie.

- Con todo respeto, ¿le puedo preguntar qué tipo de cáncer, hace cuánto tiempo, grado? Obvio, no tengo problemas en hablar del tema. Tengo cáncer a la próstata, porque fui muy descuidado con el tema de los exámenes, es de tipo 4 y hace casi 4 meses me enteré que estoy enfermo de pura casualidad.

- ¿Cómo fue eso? Me salieron unas llagas en la piel, de esas que llegan al nervio y duelen terriblemente. Fui a mi doctora y ella me mandó a hacerme exámenes de todo tipo.

Hasta ahí todo bien, una noche cuando ya estaba en mi casa ella me llama y sin preámbulos me dice, tienes cáncer y tu antígeno prostático está en 29... No esperaba oír eso, no se me había pasado por la cabeza.

- ¿Se asustó, se enojó, qué? Nada, al otro día comenzamos los trámites de rigor y cuando fui a la entrevista con el especialista llegué acompañado de mis tres hijas y mi señora. Cuando ellas oyeron el diagnóstico rompieron a llorar... El médico y yo nos miramos y creo que nos preguntamos, ¿cómo consolamos a estas mujeres? (lanza una carcajada).

- Pero, ¿no tiene nada de miedo? No le tengo miedo al cáncer, nada, así (hace en el aire un círculo con el dedo índice y pulgar de la mano derecha). Mijita, hoy nadie se muere de esto. Está la tecnología, ahora hay tanto. Pero como más vale estar prevenido, mis hijas me tienen lleno de santitos y cosas que me protegen (muestra una cantidad indeterminada de colgantes con santos y unas bolsitas que lleva en el cuello).

- O sea, desde el minuto uno le quiso dar la pelea a esta enfermedad. Fíjese que no, al principio pensé no me voy a hacer nada. No quiero tratamiento, nada, pero luego miro a mi familia y bueno me puse en manos de la medicina.

- ¿Que tratamiento está recibiendo, le han dicho lo que se viene? Tengo una bombita en el abdomen que me tira un medicamento de a poquito. No me pregunté qué es y lo que se viene porque no lo sé. Le dije a mi doctor que no quería saber detalles, no me interesa.

- Lo bueno es que usted tiene la plata para atenderse como corresponde. Para que sepa me estoy atendiendo por GES, con los médicos que me indican y ni le cuento la burocracia. Tengo un médico que me ve y tengo que ver a otro para que me de la receta. Yo me siento bien, pero imagine lo que sucede con alguien con más achaques, es terrible.

- Pucha, ya que estamos en esta. Si tuviera que hacer un balance de su vida, ¿qué me diría? (Se ríe con los ojos) Buuu, me ha pasado de todo, pero lo más destacable es mi familia. He hecho cosas que han sido un acierto y otras que han resultado un fiasco. Todas me han puesto en la memoria colectiva, pero sé que hay un episodio que nadie olvida y es el regalo que le hicimos al Ministro Céspedes en la fiesta de fin de año del 2016. La famosa muñeca inflable... en verdad fue una pésima idea y créame que me costó caro. Sufrí mucho, en Twitter me hicieron pedazos y mi mujer no me habló como en dos semanas. En realidad fue muy ordinario, ya no es tiempo de esas leseras.

- ¿Le tiene miedo a la muerte. Está preparado para enfrentarla? (Se queda un segundo en silencio y por primera vez mira al vacío). No sé, creo que no estoy preparado para morir. Siempre es un posibilidad, pero ahora no he pensado en eso.

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