Samsung tiró toda su carne a la parrilla con el lanzamiento de su nueva línea de Galaxy (S10 y los S10+), los que batieron récord de preventas frente a su versión anterior, el S9.

Tuvimos la oportunidad de probar el modelo "plus", que es claramente el buque insignia de la compañía coreana. Lo primero que destaca es su gran pantalla, la que no tiene ni una ceja ni un "notch" (o espacio tipo franja. Sus cámaras frontales sólo ocupan un "ojo" en la esquina superior derecha.

Como es costumbre, las cámaras son uno de los fuertes de la línea premium de Galaxy, y el S10 cuenta con dos frontales y tres traseras, resaltando su formato "pro", con focos traseros que permiten a los más experimentados sacar instantáneas de gran calidad, aunque para los más críticos no resultan un avance mucho mayor en comparación a lo que ofrecía el S9+.

Para los más románticos, esta versión cuenta con un lector de tarjetas SD y un jack de audio 3,5 mm., con lo que no excluye a quienes quieran seguir escuchando música de manera análoga.

Donde sí hay crecimiento es en el ítem seguridad, pues su lector de huellas ultrasónico en la pantalla es de alta complejidad, aunque esto requiere un poco de entrenamiento al usuario, que ya está acostumbrado al lector en la parte trasera.

Lo que sí alarma en ciertos momentos es que el celular tiende a "calentarse" cuando se le pide instalar varias cosas a la vez, sobre todo cuando se está inicializando el móvil y se están traspasando los archivos y aplicaciones mediante la cuenta de Samsung.