Una viuda, cuatro hijos y un nietecito de 2 años dejó un hombre que en la tarde del domingo fue asesinado con una espada samurái en un garaje de la comuna de El Bosque.

El homicidio ocurrió en un taller de avenida Los Morros, donde José Luis Sáez, de 52 años, había llevado su moto para que le soldaran la pata.

Mientras el mecánico hacía la pega, en el garage apareció un perico completamente descontrolado que le tiró una estrella ninja con la clara intención de matarlo.

El mecánico se salvó porque se escondió en el pozo, pero José Sáez quedó frente al "samurái", quien además estaba armado con una katana de medio metro de largo.

Mientras el dueño de la moto intentaba calmar al espadachín, éste se descuadró y prácticamente lo faenó con un tajo desde la frente a la mandíbula y media docena de cortes en el pecho y abdomen.

José Sáez murió desangrado en el mismo taller, mientras el "samurái" regresó a su casa, ubicada atrás del garage, y se sentó en el living a esperar la llegada de la policía.

Alexis Opazo Otárola, de 30 años, fue arrestado y en su confesión dijo que actuó poseído por una voz que le ordenó matar al mecánico de nacionalidad peruana. Sin embargo, el pato lo terminó pagando Sáez.

El fallecido estaba casado, tenía cuatro hijos de 10, 14, 21 y 26 años, y un nieto de sólo 2 años. Cuidaba autos en el barrio Bellavista y también era guardia del Club Soda. Era el mayor de 14 hermanos.

José Sáez era nacido y criado en Chillán y en la capital vivía en una pieza que arrendaba en la avenida Hipódromo Chile.

Su viuda Sylvani Muñoz, sus hijos y hermanos viajaron desde la Octava Región a reclamar el cuerpo en la morgue y ayer en la tarde regresaron a Chillán.

"Mi hermano era un hombre bueno, que sólo trabajaba para su familia", dijo a La Cuarta Ruth Sáez.

Debido a que ayer en la mañana la autopsia no había terminado, la detención de Alexis Opazo se amplió hasta hoy.

La defensa alegará que Opazo está enfermo de la cabeza.