Hace un par de años, el vulcanizador Hernán Jesús Berríos Rojas (53) estuvo a merced de tres cogoteros, que, cuchillo en mano, lo asaltaron en el 25 de Gran Avenida. La situación cambió cuando uno de los delincuentes lo reconoció y le pidió disculpas: "Es el caballero del comedor abierto. Perdone, papito, váyase", le dijo el cumeja.

La razón es que niños, madres solteras, ancianos, indigentes, vagabundos, drogadictos, gente en desgracia e incluso delincuentes conocen al "Platacho" de la población San Gregorio: El hombre con el corazón más grande de La Granja.

Todo comenzó el 2000. Nanito era un alcohólico que chupaba todos los días como orilla de playa, hasta que le pidió a Dios que lo salvara. El Pulento no le falló y desde ese momento el cumpa se comprometió a poner su granito de arena para ayudar a los más pobres, especialmente a los hambrientos. Junto a sus cinco hijos, su señora y su nuera, trabajan duro en la vulca ubicada en la calle El Tabo, a la altura del paradero 23 de Santa Rosa, para mantener el comedor abierto "Por el amor de Dios", instalado en su propia casita, que entrega 80 almuerzos diarios, totalmente gratis, durante todo el año. O sea, más de 20 mil.

Pero Navidad es la fecha en que al "Platacho" se le aprieta más el cuore, al observar tanto sufrimiento y pobreza. Pese a que no es un hombre de plata y ni siquiera ha invertido en ponerse las piezas dentales que le faltan, Nanito se las arregla con unos neumáticos usados que le envía la Serviteca León y Cía. para comprar regalos.

El Viejito Pascuero de la San Gregorio no necesita barba blanca, trineo ni risa potente para dar alegría. Hoy, el titán que tiene la panita más grande que una catedral, visitará a los niños que se encuentran internados en la UCI del Hospital Padre Hurtado, donde entregará más de 500 regalos. Y mañana celebrará un almuerzo navideño con 280 niños del campamento San Francisco, comité Don Bosco. El hombrón se vestirá de Santa Claus, chantará un escenario en el lugar, mesa y platos, y más encima les llevará engañitos.

-¿Cómo se las arregla?

- Dios provee, mijo.

- ¿Qué lo motiva?

- Si uno recibe, debe dar. Quiero motivar a todos los que tienen muchísimo más que yo, para que ayuden a los necesitados. Juntar por juntar es un crimen, porque cuando mueres no sirve de nada.

Por Ronald Henríquez Madariaga