Entre 1979 y 1989 José Pizarro, fallecido ayer a los 71 años, fue el coanimador estrella de Sábados Gigantes, cuando el programa vivió sus años de gloria en Chile, previo a su internacionalización.

Bautizado como Pepe Yeruba por Don Francisco, por su parecido con una persona que conocieron en una “Cámara Viajera”, el colaborador del espacio fue despedido en 1989 por haber participado en la grabación de una película picaresca.

Desde entonces probó suerte con una productora, en radio, postuló para ser concejal de San Beca y trabajó en relaciones públicas, pero en el último tiempo había hecho noticia por sus problemas de salud que le costaron la vida.

Sufría de una nueropatía diabética, que según le contó a La Cuarta hace dos años lo “quemaba por dentro”.

Hijos en shock

En nombre de la familia habló su sobrino, Mauricio Leal (34), porque sus hijos Martín (14) y Álvaro (18), de su segundo matrimonio, estaban en shock. Fueron ellos mismos quienes lo encontraron muerto en su cama cuando lo buscaron ayer en la mañana extrañados de que no se levantara.

“Martín y Álvaro lo fueron a ver a su pieza y él no reaccionó. Lo llevaron al Hospital Parroquial de San Bernardo y ahí se confirmó su muerte. Creemos que murió durante la madrugada. Sin embargo, su cuerpo ya está en el Servicio Médico Legal para determinar la hora de su deceso”, contó.

“Sabíamos que su situación de salud estaba muy mal, pero no al punto para que muriera. Yo ayer (sábado) estuve con él junto a mis primos conversando y riéndonos mucho, por eso sorprende su fallecimiento”, agregó el sobrino.

Respecto al Twitter publicado por Don Francisco en el que lamenta la muerte de Pepe, le preguntamos a Mauricio la opinión de la familia sobre aquello y si hay resentimiento con el animador por la salida de Yeruba del programa.

“Agradecemos su mensaje y sus condolencias. Me acabo de enterar por ustedes que tuiteó. En nuestra familia no hay problemas con él, no hay nada que el tiempo no cure”, dijo.

Premonitorio 

En la entrevista que le hicimos a Pepe el 2014 él nos contó un miedo que lo rondaba desde entonces y que se materializó: “No puedo dejar los medicamentos, porque si los dejo, hasta luego. De hecho me he realizado los exámenes más increíbles y no sé, incluso he buscado la medicina natural, pero parece que esto va más allá porque aunque los medicamentos me ayudan a bajar el dolor, esto no tiene cura y tengo temor de que un día no despierte, y el temor no es por mí”, dijo entonces y lamentablemente así sucedió.