En abril de este año, un sujeto entró vestido de “abuelita” a un condominio ubicado en el sector oriente de La Serena, donde ingresó a un departamento y disparó en tres oportunidades contra una mujer embarazada. El sujeto de 24 años identificado como M.S.G.C, no logró impactar a la víctima y salió huyendo del lugar.

A pesar de que se dio a la fuga, una investigación logró dar con su paradero, y con los detalles de este particular caso, que resultó ser un intento de un sicariato que finalmente no llegó a concretarse de la manera que se habría acordado.

En realidad, el objetivo final era asesinar a una adulta mayor de 73 años, acción que habría sido previamente acordada por el hijo de la víctima, de 46 años. Según información entregada por El Día, el fiscal de focos, Freddy Salinas reveló que el agresor se había equivocado de objetivo y ubicación e “ingresó al departamento de al lado del objetivo inicial”.

Tras los disparos, el sujeto huyó hacia un vehículo que lo esperaba cerca del condominio, el que según las investigaciones policiales, era conducido por V.M.M.A., hijo de la víctima original.

Lo hizo por los terrenos

Luego de que la policía lograra identificar el vehículo, el hombre que pagó para que su madre fuera asesinada inventó una versión en la que aseguró que solo estaba trabajando de Uber ese día, sin embargo, posteriormente reconoció que solo le “quería dar un susto” a su mamá.

A medida que los uniformados más investigaban, iban descubriendo las motivaciones del hombre para terminar con la vida de la mujer, su móvil quedarse con las propiedades que están en poder de su progenitora.

Finalmente se reveló que el presunto “sicario” le solicitó al hijo de la víctima 10 millones de pesos como pago por cometer el crimen. Pero luego de algunas negociaciones, la paga habría quedado en un millón, pero sólo se pagaron 500 mil.

Uno de los detalles más perturbadores de este crimen es que los sujetos ya habían planificado realizar el atentado en anteriores oportunidades, pero por falta de coordinación no les había resultado.

Este intento de asesinato estuvo lleno de errores, y no solo porque casi le disparan a otra persona, sino que cuando el sicario disparó, y percutó tres veces el disparador, el arma se le desarmó y parte del cañón cayó en el departamento. “Además, usó guantes, pero eran de dedos cortados”, por lo que igual dejó sus huellas en el bastón que luego encontraron en el vehículo rojo en el que escapó.

Los involucrados fueron puestos a disposición de la fiscalía y están en prisión preventiva y medidas cautelares.

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