Las dos chiquillas que denunciaron haber sido secuestradas y abusadas sexualmente en Ñuñoa, cayeron en contradicciones y finalmente se estableció que la historia era mula.

El objetivo de las chicas, de 12 y 14 años, alumnas del Maya School de Ñuñoa y que son vecinas, era llamar la atención de sus padres. La más grande habría llevado el pandero del cuento.

Según la primera versión de las chicas, desconocidos las abordaron en las cercanías de su colegio, en Coventry con Amapolas, las subieron a una camioneta, vendaron sus ojos y luego les realizaron tocaciones.

Después, relataron las menores, las abandonaron a un paso del Parque Padre Hurtado.

VUELCO

El mayor de la 47a. Comisaría Los Dominicos, Edwin Valdés, señaló que se descubrió la chiva gracias al luqueo del OS-9,  la declaración de las niñas y los antecedentes recopilados en el sitio del suceso.

"Después de muchas diligencias se pudo determinar que había sido una invención por parte de ellas", explicó el oficial.

Añadió que el chamullo se generó por problemas de índole familiar. Valdés aclaró que una de las niñas tenía un esguince y que estuvieron vagando por el sector.

Dijo que al revisar las cámaras de la Ciudad Deportiva cacharon que no existió la camioneta en la que presuntamente fueron plagiadas. Las muchachas siempre tuvieron un relato inconsistente, como el color del vehículo y características físicas de los secuestradores.