Seguro agrícola salva a bolsillos con sequía

El miedo de cualquier agricultor es que el trabajo de todo un año se lo lleve la maldita sequía o la mortífera helada, y fue ésta última la que visitó el campo de José Vallejos en Copiapó.
En la mañana del 3 de julio del año pasado, José se levantó bien temprano a revisar sus cuatro hectáreas de tomates y una de zapallos italianos, cuando la chupalla se le fue al suelo de puro asombro. Todas sus verduras estaban quemadas producto de la traicionera escarcha.
La pérdida fue total, no se salvó nada, todo la pega en la hacienda Margarita fue en vano. Pero el lúgubre panorama no fue tan terrible para este agricultor, ya que un par de meses antes se pegó el alcachofazo y contrató un groso seguro que lo cubre en caso de catástrofes agrícolas.
Por las tres pólizas que adquirió, la compañía le canceló más de 22 millones de pesos, dinero que utilizó para pagar los préstamos agrícolas, y como fue uno de los primeros en asegurarse en esta modalidad, la aseguradora más encima lo premió con una moto pulverizadora del año.
“Gracias a la contratación de los seguros, el año pasado pude responder a los compromisos crediticios contraídos con el INDAP y algunos proveedores. Además me permitió establecer los cultivos para la segunda temporada agrícola sin muchos compromisos financieros. Hoy estoy más tranquilo trabajando, sabiendo que existe este tipo de apoyo para los pequeños agricultores”, contó el huaso precavido.
El Ministerio de Agricultura gestiona que existan y estén a disposición de los agricultores diversos seguros. Es así como durante la temporada 2011 se gestionaron 20 mil 600 pólizas, que corresponde a un 11% de la superficie cultivable de nuestro país.
Para el ministro Luis Mayol, “al contratar el seguro agrícola, los agricultores recuperan el capital de trabajo invertido en el cultivo asegurado, en caso que éste resulte dañado por alguno de los fenómenos climáticos cubiertos por la póliza”.
“El agricultor logra una mayor estabilidad económica y mejora su calidad como sujeto de crédito”, valoró Mayol.
Ya son varias las compañías que ofrecen el seguro agrícola, para cubrir a los agricultores contra riesgos como la sequía, la lluvia (excesiva o fuera de época), heladas, viento, granizo y nieve, debido a los variados climas de este calcetín de tierra.
Para fomentar la contratación de este seguro, el agricultor cuenta con un subsidio del Ministerio de Agricultura que cubre el 50% del costo de la póliza, más un monto fijo de 1,5 UF por seguro y todo ello con un tope de 80 UF por agricultor en cada temporada agrícola.
Los cultivos asegurables son:
• Frutales: uva de mesa, uva vinífera, uva pisquera, manzanos, olivos, frambuesas y arándanos.
• Hortalizas: tomates, lechugas, zapallos, melones, sandías, apio y otras.
• Cereales: trigo, avena, cebada, maíz, centeno y más.
• Leguminosas: porotos, lentejas y garbanzos.
• Cultivos industriales y cultivos forrajeros.
El comité de seguro agrícola (COMSA), es la institución responsable de promover y difundir en el mundo rural el seguro agrícola a nivel nacional y administrar la ayudita del Estado para el copago de las primas.
Cuando comenzó la aseguración de campos en 2009, las pólizas entregadas eran 14.604, y para este año se espera tener sobre los 23 mil campos cubiertos.
Las regiones huasas que más se aseguraron fueron Biobío, Maule, Araucanía y O’Higgins, las que totalizan más del 75% de las pólizas.
“Hago un llamado a los agricultores a informarse en este tema, pueden hacerlo en las oficinas de INDAP, y si ya son usuarios pueden hacerlo directamente en instituciones que ofrecen este servicio, bancos y aseguradoras”, recalcó el ministro Mayol.
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