Aunque podría ganarse el cariño de todos los chilenos como el doble oficial de Reinaldo Sánchez, Claudio Tapia, el nuevo capo del fútbol che, eligió entrar en el círculo del odio porque nos quiere puro funar.

El "Chiqui", como es conocido desde chiquito cuando se crió entre puros choros, es el actual zar de la Asociación de Fútbol Argentina (AFA) ayer dejó la cola, cuando lanzó la bomba de que la Albiceleste está cerca de pasarnos en la tabla rumbo a Rusia porque el TAS nos quitaría los puntos que le ganamos a Bolivia por secretaría.

"Por lo que me dicen los abogados, el semblante de los dirigentes de Chile y Perú en la presentación que se hizo en Suiza no era el mejor. Ojalá nos den la posibilidad mediante este fallo de recuperar la posición que teníamos dentro de la clasificación", dijo el boludo mayor ayer en la Radio La Red.

¿Pero quién le metió fichas, realmente, a este personaje con pinta de cantante de cumbia villera? Por si no lo ubicaba, le contamos que el "Chiqui" (49) comenzó siendo barrendero y poco a poco fue trepando como sindicalista, donde se convirtió en un peso pesado.

Como viene del lado popular de la fuerza, Tapia tiene llegada con la pípol, dice las cosas cara de nalga y es todo un loquillo, al punto que por algo cuando llegó al trono que dejó Julio Grondona se tatuó las iniciales de la "AFA". algo que Arturo Salah no haría ni en peyote.

Pesa

Aunque habla menos inglés que Lucho Jara, por lo que lo miran por debajo del hombro al otro lado de la "cordishera", Tapia ya ha dado muestras de que su muñeca pesa en la Fifa. Por algo, logró revertir el callampazo de cuatro fechas que le habían tirado a Messi, cuando puteó al guardalíneas en el partido en que nos ganaron con pañales en Buenos Aires.

Aunque fue presi de Central Barracas, un club humilde que le permitió postular al trono del balompié cachetón, el clon de nuestro Don Choco no oculta que es hincha hasta los boxer de Boca Juniors y ha prometido que ahora que trajo a Sampaoli clasificará como sea a Rusia.