Con la piel de gallina y  encerrados en sus depas terminaros varios vecinos del edificio Casa-Kennedy, tras enterarse de que por los pasillos de sus palacetes se arrastraba una escurridiza boa constrictor.

El pánico cundió cerca de las 5 de la tarde del jueves, cuando el reptil, de nombre Bono, aprovechó un descuido de su dueño en el piso 23 y sin pedir permiso se echó el pollo.

“Los vecinos estaban asustados y no querían salir de sus departamentos. Un gásfiter que trabaja en el sector de las calderas en el piso 24 se dio cuenta que estaba ahí, pero nadie se atrevió a sacarla. Llamamos a un veterinario, pero como ya era oscuro se decidió rescatarla a primera hora del viernes”, se fue de lengua Rodrigo Martínez, subadministrador del edificio.

El bicharraco, de aproximadamente 7 años de edad, aprovechó el calorcito rico de las tuberías de las calderas, por lo que se enrolló como mano de guagua al metal.

“Cuando hablamos con el dueño señaló que ya se le había escapado hace un año acá mismo en la comunidad. Se debe haber escapado por algún ducto de ventilación o por la terraza”, agregó Martínez.

Bono, cuyo peso es casi 3 kilos y mide unos 2 metros, se escurrió hasta un desagüe, desde donde fue retirada por los capos del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). Fue llevada hasta un “hotel” en el zoológico del Parque Metropolitano, donde será evaluada su salud.

“Este tipo de reptiles abundan desde México hasta el Chaco en Paraguay y Argentina. Es muy irresponsable tener a este tipo de reptiles como mascotas, ya que pueden ocurrir este tipo de casos. Las especies de 4 metros podrían hacer más daño, por fortuna esta era más pequeña”, indicó al diario pop Óscar Concha, dire metropolitano del SAG.

El dueño del réptil no quiso referirse al escape que sembró el terror en Las Condes.