Las polémicas y difusas fotografías que desencadenaron la renuncia del subdirector operativo de la PDI, Óscar Gutiérrez, fueron obtenidas, según confidenciaron a La Cuarta fuentes del caso, por dos detectives, en el cabaret "Lucas Bar", en mayo del año pasado.

Los testimonios gráficos pasaron de mano en mano entre los policías y eran motivo de jocosos comentarios por los funcionarios.

Forman parte de una secuencia que se inicia con la imagen que muestra el automóvil fiscal de Gutiérrez en medio de otros dos vehículos, en el estacionamiento del local nocturno de Vitacura.

El cuadro es el mismo que el ex jefe de la Bicrim Macul, Francisco Lapolla, formalizado por su presunta vinculación con la red narco de "Los Valladares", exhibió durante su control de detención, como una forma de probar de que es víctima de una "venganza" de sus superiores.

Pero la secuencia, captada con un teléfono celular, muestra algo más que la mera concurrencia de Gutiérrez al "seminario" en el cabaret, donde, según él, compartió con colegas europeos.

Una versión sobre el caso señala que mientras bebían un jugo de piña en el bar, los autores de las imágenes creyeron observar la silueta de Gutiérrez en uno de los privados del establecimiento.

INTRUSOS

Para confirmar o desechar sus sospechas, bajaron al estacionamiento, donde se percataron de que estaba allí el auto fiscal del prefecto general.

Después -según la versión-, volvieron a acabar sus bebidas.

En ese lapso, un chofer retiró el ostentoso vehículo pagado por todos los contribuyentes.

Según las mismas fuentes, Gutiérrez -que andaba solo- continuó divirtiéndose en el local junto a una de las bailarinas.

Picados por la curiosidad, los dos oficiales le siguieron las idas y venidas.

Cuando advirtieron -según la versión- que el segundo hombre de la PDI emprendía la retirada, se escondieron en su propio vehículo para observar cómo terminaba el "intercambio de experiencias con policías extranjeros sobre el tema de los lanzas internacionales", como dijo el removido jefe de Asuntos Públicos, Álvaro Thiele, para descartar las imágenes presentadas por Lapolla.

Las fotos que siguen, según la fuente consultada por el diario pop, muestran a Gutiérrez cuando aborda el automóvil de una de las chicas de la boite, con quien parte en dirección desconocida.

Las preguntas que surgen sobre la turbia historia son evidentes. ¿Qué hacían los detectives "fotógrafos" en el lugar, además de divertirse? ¿Fue sólo una casualidad que se toparan con su jefe? ¿A qué obedeció su obsesión por fotografiar solapadamente a un superior en una actividad privada, fuera de su horario de trabajo?

Consultadas sobre si la institución tenía una versión sobre los antecedentes expuestos en esta nota, que se los explicitamos, fuentes de comunicaciones de la PDI dijeron anoche que por ahora no se pronunciarán sobre el asunto.

Manuel Vega O.