¿Qué podría llevar a una bella y exitosa modelo a lanzarse desde un edificio para poner fin a sus días? El caso de la kazaja Ruslana Korshuno, quien se suicidó de esa forma, no sólo golpea al mundo de las pasarelas, donde flacuchentas y aparentemente felices barbies desfilan con carita de nada, sino también a la sociedad en general, que debe parar las antenas para prever cuándo algo anda malena canta el tango.

Según los especialistas, las motivaciones para suicidarse van desde traumas personales o familiares, separaciones amorosas o causas genéticas. Cualquiera puede conspirar y detonar en alguna persona, en situaciones extremas, la idea de autoeliminarse.

ACHAQUE

El psiquiatra Rolando Ahubert, del Centro Médico DarSalud, explica que "el trastorno depresivo es una enfermedad que afecta al organismo (cerebro), el ánimo y la manera de pensar; afecta la forma en que una persona come, duerme y valorización. No es un estado pasajero de tristeza. Es involuntaria y necesita terapia. Sin tratamiento, los síntomas pueden durar semanas, meses e incluso años".

Así, en una ciudad gris, donde cada vez andamos más depres, la tendencia al suicidio es mayor. ¡Jodimos!

Ahora bien, un factor menos conocido en estos trastornos son la luminosidad y secreción de neurotransmisores.

Ahubert señala que "el aumento de luz solar ayuda a superar la depresión al aumentar el neurotransmisor serotonina que beneficia el ánimo". Por eso en invierno las estadísticas suelen aumentar, por lo que atentos.

Para sospechar que algo pasa en la cabecita, fíjese en:

Si tiene estado de ánimo triste, ansioso o "vacío" en forma persistente.

Sentimientos de pesimismo, culpa, inutilidad y desamparo.

Pérdida de interés o placer en actividades que antes disfrutaba, incluida la actividad sexual.

Agotamiento, insomnio, pérdida de peso o aumento de éste, e irritabilidad.