Están en casi todas la comunas. De  los paraderos chantas no se salva ninguna, comprobó el alcalde de Estación Central y mandamás de la comisión transporte de la Asociación Chilena de Municipalidades, Gustavo Hasbún.

El edil invitó a la barra a denunciar la parada de buses que consideraba más penca y su sorpresa fue mayúscula: Recibió un centenar de fotelis que acusan el deplorable estado en que algunas se encuentran.

Paraderos sin techo, otros donde sólo quedan dos palos parados y letreros pelados que advierten que ahí para el Transtortuga, fueron los detallitos que más llamaron la atención del alcalde.

Recoleta con Vespucio, Ñuble con Nataniel Cox y El Olimpo con Ramón Freire, son algunas de las esquinas donde se ubican estas "joyitas" arquitectónicas.

"La recepción a la invitación Denuncie su Paradero fue mejor de lo que esperábamos. La gente tomó una radiografía completita de la situación de los paraderos del Transantiago", precisó.

Según Hasbún, en la capital el 40 por ciento de los refugios para esperar la microlia sin sufrir las inclemencias del tiempo está para la corneta.

"Eso revela el engaño de las autoridades que dicen que se han preocupado del tema y no es así. A mi juicio, no se pueden reparar y hay que hacerlos de nuevo, lo que implica un gran costo para el Estado, considerando que un paradero chico vale entre 500 y 700 Unidades de Fomento", dijo.

"Aquí tenemos la evidencia ciudadana real de lo que pasa en la Región Metropolitana", piteó Hasbún.

El mediático edil eligió el paradero de Américo Vespucio con Recoleta para graficar el despelote.

"Está hecho mierda. Le volaron el techo y aquí la gente en hora punta debe esperar más de media hora antes de abordar un alimentador", remachó.