Cerca de las 14 horas de ayer, la Brigada de Homicidios de la PDI recibió una orden del Juzgado de Garantía de Curicó para trasladar el cuerpo de un lactante recientemente fallecido hasta dependencias del Servicio Médico Legal, donde le realizarían la autopsia.

Hasta ahí, una muerte  que se podía pensar como común, pero que a poco andar comenzó a tomar otros ribetes. De partida, los sabuesos debieron retirar el cuerpo del pequeño de iniciales A.B.G. desde el lugar donde lo estaban velando, en la comuna de Teno, y todo porque informaciones preliminares alertaron de una supuesta negligencia ocurrida en la unidad de Pediatría del hospital curicano.

Según las primeras informaciones, el menor de poco más de un año llevaba ocho días internado en el recinto asistencial debido a un cuático cuadro de neumonía, del que finalmente no pudo salir.

Pese a que las primeras informaciones apuntaron como responsables del fallecimiento a los dependientes del recinto, -quienes supuestamente le habrían inyectado leche materna en lugar de suero-,  trascendió que la responsable sería su propia madre, aunque se desconoce si se trató de un error involuntario o fortuito.

Según explicó el jefe de la Brigada de Homicidios curicana, comisario Richard Escobar, “la mamá de este lactante concurría diariamente al hospital para alimentarlo. Supuestamente, en una de estas visitas le habría inyectado leche materna de forma intravenosa”.

Si bien el sabueso aclaró que la causa del fallecimiento todavía es una incógnita, ya que falta el informe del Servicio Médico Legal, la versión que apunta a la responsabilidad de la progenitora fue ratificada por el fiscal a cargo de la investigación, Andrés Gaete Fuenzalida.

Según el abogado, “el Hospital de Curicó realizó una denuncia a través de la Fiscalía, en donde daban cuenta que el día de ayer (martes), aproximadamente a las 18:50 horas, en el servicio de pediatría se había producido un incidente que involucraba a un lactante de aproximadamente un año de edad”.

Junto con ello, explicó que los antecedentes entregados por el Hospital Base de Curicó, explican que la madre, que se encontraba con el menor en ese momento, le inoculó aproximadamente 5 centímetros cúbicos de leche, lo que le habría provocado al menor una reacción que volvió inútiles los esfuerzos del personal para mantenerlo con vida.

El director del Hopital de Curicó, Jorge Canteros,  tiene la misma hipótesis de la policía. “Creemos que hubo una administración errónea de un producto alimenticio, esa es nuestra hipótesis fuerte”, dijo, reconociendo que se cometió un error al entregar el cuerpo del bebé a la familia antes de avisar a la fiscalía.

Sin embargo, la madre del pequeño niega su responsabilidad y al dolor por el deceso de su hijo, agrega que además han debido lamentar que efectivos de la PDI retiraran el cuerpo del menor en momentos en que lo estaban velando, en su domicilio.

Elena Monsalve tía del pequeño contó que fue hospitalizado debido a una  neumonía hace una semana. Como procedimiento de este centro asistencial, el equipo médico le enseñó a la madre del menor a suministrarle la leche por vía nasogástrica, y los medicamentos por vía endovenosa. “Al mediodía del lunes el niño se veía muy decaído, durante la tarde se puso peor, pero ya pasadas las 18 hrs. Se puso morado y las enfermeras le exigieron a la mamá del niño que saliera de la sala. A las 20 hrs. Comunicaron que mi sobrino había muerto por un shock anafiláctico y paro cardiorespiratorio.” Elena Monsalve indica que” las enfermeras le preguntaron a la madre de mi sobrino si le había dado la leche y ella dijo que no, porque no se sentía en condiciones aún de dársela a través de la sonda y prefería esperar”.

La Fiscalía de Curicó comenzará hoy las investigaciones que permitan dilucidar las condiciones en que el pequeño dejó de existir y confirmar si existió o no alguna responsabilidad por parte del Hospital.

El  confuso caso trajo a la palestra una serie de procedimientos erróneos en recintos asistenciales del país (ver recuadros), que también han involucrado víctimas fatales.

La madre: ''No lo llevé al hospital para que muriera''

Consultada por las acusaciones que caen en su contra, la madre del menor, Ana María Guajardo, negó su participación y dijo llorando: “¿Cómo le voy a hacer daño a mi propio hijo? Yo lo llevé (al hospital) para que se sanara, no para que se muriera”.

De paso, se mostró indignada con el recinto asistencial y aseguró: “Dicen eso, pero no es así. Yo voy a hacer justicia. Dicen que fui yo porque no tienen a quién más echarle la culpa”.

Su hermana Elena agregó que los médicos tienen responsabilidad, ya que le enseñaron a la madre a suministrarle la leche por vía nasogástrica, y los medicamentos por vía endovenosa.

“Al mediodía del lunes el niño se veía muy decaído, durante la tarde se puso peor, pero ya pasadas las 18 horas se puso morado y las enfermeras le exigieron a mi hermana que saliera de la sala. A las 20 horas comunicaron que mi sobrino había muerto por un shock anafiláctico y paro cardiorespiratorio”.

Elena sostiene que “las enfermeras le preguntaron a mi hermana si le había dado la leche al niño y ella dijo que no, porque no se sentía en condiciones aún de dársela a través de la sonda y prefería esperar”.

Otros casos: 

Enfermera en práctica los inyectó mal: Tres muertos por insulina

En julio de 2014 el Hospital de Melipilla saltó tristemente a la palestra, luego que una practicante de enfermería le aplicara erróneamente insulina en lugar de heparina a 11 pacientes, de los cuales 2 fallecieron a los pocos minutos y un tercero días más tarde.

Meses después, en noviembre del mismo año, el hospital se vio envuelto en una segunda negligencia, esta vez por la administración intravenosa de un fármaco a una mujer mayor, que debía ser nebulizada.

En el San José murieron 4 personas: La fatídica cama 8

Entre diciembre de 2001 y febrero de 2002, un total de 4 personas perdieron la vida en dependencias del Hospital San José y todo a causa de un cuático condoro en las mangueras de oxigenación al momento de levantar el recinto.

Según trascendió, los pacientes que eran internados en la cama 8 de la Unidad de Tratamientos Intensivos (UTI) perecieron ya que en lugar de recibir la cantidad de oxígeno prescrita por los médicos, recibían puro aire.

Muertes y guaguas cambiadas: En Talca pasó de todo

Si bien el caso de negligencia más bullado del Hospital de Talca fue de el de las guaguas cambiadas, ocurrido en septiembre de 2005, cuando dos recién nacidos fueron entregados de forma errónea a sus progenitores, en el recinto no aprendieron

Tiempo después se hicieron famosos por diagnósticos erróneos de VIH y también por la extraña muerte de una mujer que fue sometida a un implante de rodilla.