Tiene 13 años y se pasa el día en la calle junto a una pandilla de cabros. Está embarazada y quiere que la llamen "Pucca", mientras junto a su pololo, un cabro de 15 años, aplanan las calles para pedir monedas. Pese a todo jura estar feliz de ser mamá.

Su caso pasará a engrosar la alta cifra de mamitas que recién han soltado el chupete, según sapeó recientemente la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

"Pucca" a los 12 quedó embarazada: "Quería saber qué se sentía".

Ya tiene casi 9 meses gordita y a fin de mes nacerá su primer hijo o hija. Para ella la pancita no es atado porque se lo pasa de infantería entre cafés y heladerías que hay en Providencia, pese a que es oriunda de Peñalolén.

Es conocida en el barrio y los mozos le tienen buena, por lo que a veces le regalan medialunas o chocolate caliente. La cara de niña no se la quita nadie, tiene pestañas de muñeca y cara redonda. Si se la ve de espaldas, es imposible imaginar que será mamá.

"Será como cuidar a mi muñeca", verseó alegre, mientras su pololo la aplaudía para que posara linda en las fotografías.

La niña no tiene claro dónde tendrá a su bebé ni cómo va a mantenerlo, aunque sabe que tarde o temprano parecerán hermanas.

Su mamá no la retó cuando se enteró que sería abuela.

"No me dijo nada, además que yo voy a cuidar a mi guagüita", dijo soñando en tener una familia feliz.

EMBARAZO ASOCIADO A POBREZA

Según el estudio "Diagnóstico de la situación del embarazo en la adolescencia en Chile 2008", realizado por Flacso, "el 15,6% de los recién nacidos en Chile son hijos de madres adolescentes de hasta 19 años", en donde sólo un 0,4% es menor de 15 calendarios.

El informe es enfático en que "los embarazos adolescentes se presentan como un problema social. Su prevalencia está asociada a las desigualdades sociales, como la pobreza".

Sobre abortos anuales, la cifra llega a 160 mil y nuestro país tiene el récord latinoamericano de embarazos interrumpidos.