Jorge Matute Johns desapareció en Concepción la madrugada del sábado 20 de noviembre de 1999, y hasta ahora su muerte se ha convertido en un crimen perfecto.

Su familia no se quedó tranquila y el lunes siguiente puso una denuncia por presunta desgracia al mismo tiempo que recurría a los medios para dar con el estudiante de ingeniería forestal de 23 años.

La noche de la desaparición Coke salió a carretear junto a las hermanas María José y María Paz Maldonado y su amigo Gerardo Roa. Fueron a la discoteca "La Cucaracha", el último lugar donde se le vio con vida.

A la mañana siguiente, su compañero de juerga llamó a la casa de Matute para ver cómo había llegado, porque estaba tan ebrio que se fue solo y le perdió la pista.

Según María Teresa Johns, le pidió que le dijera a su hijo que cuando se recuperara lo llamara, y luego Roa habría telefoneado a la policía y a Carabineros para saber si sabían algo de su amigo.

El caso lo tomó la jueza Flora Sepúlveda y comenzaron investigaciones paralelas de Carabineros y la PDI que llegaron a diferentes callejones sin salida.

¿Suicidio?

De acuerdo a una investigación del programa "Enigma" de TVN, un traficante de Coronel, llamado Manuel Hernández, conocido como "Mañungo", le dijo a su amante Susana Ramírez, que "a este cabro (Matute) nuca lo van a pillar. Mis hombres se encargaron de él".

La mujer se lo dijo a su esposo Eduardo Sepúlveda, él se lo informó a Carabineros y extrañamente se suicidó semanas después, pero su madre cree que lo asesinaron.

El crimen del gásfiter Hugo Díaz, a manos de cinco cumas que lo apuñalaron, también tendría relación con el caso. Se dijo que la víctima de los cuchillazos habría escuchado en vida a un carabinero de Coronel decir que: "Lo traen cerquita de la parcela de Santa Juana donde está el Matute".

Cabo

Dos de los asesinos fueron detenidos y los interrogó el cabo Marcos Martínez, quien habría recibido información clave del caso de parte de los imputados, pero no pudo adelantar mucho porque se habría suicidado en el cuartel de Coronel.

Pocos días antes el uniformado le había comentado a su familia que él sabía dónde estaba Matute y quién lo había matado.

Sus cercanos encontraron entre sus cosas una agenda, y en ella un dibujo que apuntaba la ubicación del cuerpo. Curiosamente coincidió con el sitio donde apareció, en febrero del 2004, en el camino a Santa Juana.

La viuda y una hermana de Martínez creen que el policía fue asesinado por un grupo de colegas con la intención de ocultar la vinculación de algunos de ellos en oscuros negocios ligados al narcotráfico.

La Cucaracha

Una de las primeras aristas de la investigación vinculó el asesinato al dueño de la discoteca La Cucaracha (que fue demolida el 2002): el médico y arquitecto Bruno Betanzo.

Coke se habría hecho el lindo con Carmen Sereño, la pareja del empresario nocturno, y se acusó a los guardias del lugar de darle una paliza que terminó con su vida.

El mayor José Luis Aguilera estuvo algunos días a cargo del caso y contó que Marcelo Ramos, un guardia apodado "El Oso", en medio de una interrogación estaba tan intimidado que se puso en posición fetal "porque algo sabía", y se habría salvado porque justo en ese momento interrumpió el procedimiento un capitán del OS-9.

PDI

Por la PDI investigaba el comisario Héctor Arenas, quien presentó evidencia para procesar a siete jóvenes por el delito de "obstrucción a la justicia", basado en que la golpiza ocurrió afuera de la disco.

En diciembre de 2000 fueron detenidos dos testigos (Carlos Gajardo y Gisela Miranda) por obstrucción a la justicia. El primero de enero del 2001 siete cabros (Cristián Herrera, Federico Homper, Óscar Araos, Jorge Bañados, Jaime Rojas, José Ignacio del Río y Carlos Alarcón) fueron detenidos por los mismos cargos y luego procesados. Pero el 12 de enero todos recuperaron su libertad provisional, y años después, en mayo del 2006, el ministro en visita JuanRubilar dejó sin efecto el procesamiento de los acusados y en diciembre decretó el sobreseimiento temporal.

El 2007 el caso se reabrió porque Fabián Flores Silva confesó su participación en el asesinato, pero luego se retractó y volvió el sobreseimiento temporal. Luego el 2010 la Corte de Apelaciones de Concepción cerró definitivamente el caso hasta hace unos días.