Ni el mismísimo Baldomero Lillo hubiera creído que las historias publicadas en 1904 con el nombre de "Subterra", por poco cobrarían nuevamente vida ayer, cuando un grupo de documentalistas permaneció atrapado una hora en el llamado "Chiflón del Diablo", en Lota, Región del Biobío.

Esta vez no se trató de las penurias de Juan Fariña y sus compañeros en los tétricos túneles donde se exponían a derrumbes y al grisú, sino del equipo de trabajo de "Los Británicos de Lota", quienes sufrieron en forma sorpresiva un corte de energía que detuvo la filmación justo cuando se encontraban al interior del ex yacimiento minero descrito por la brillante pluma de Lillo.

RECREACIÓN

Todo partió cuando los encargados de la filmación decidieron recrear el lugar exacto donde hace más de un siglo se extraía el carbón, constituyendo la principal ocupación de la zona. Con esa idea descendieron hasta el "Chiflón del Diablo", quedando ahí, abajo, a oscuras y llevándose el susto de sus vidas.

Sólo la atinada acción del guía Patricio Vallejos les volvió el alma al cuerpo, tras llevarlos hasta el lugar de auxilio o escape.

Leonardo Torres, hermano del director de la filmación, fue quien dio la alarma, indicando que a las 18 horas se habían quedado atrapados al interior de la mina, tal como ocurrió tantas veces con los mineros.

Los responsables del pique responsabilizaron a la empresa Frontel de irse a negro, por cuanto son los encargados de suministrar electricidad a toda Lota. No obstante, descartaron que el grupo haya estado a punto de vérselas con el coludo. "Eso es totalmente falso, porque en todos los sectores donde ingresa personal o público a ver el Chiflón existen medidas de seguridad y salidas de emergencia para sacar a los visitante rápidamente y sin riesgos. Hubo mala intención", sostuvieron.

Marcos Ferrand, caporal de Fundación Chile, en tanto, dijo que "se encontraban mi hija y nieta, que abandonaron el lugar sin problemas".

V. Fainé/ J. Bravo