Vecinos aseguran que Panchita está cumpliendo milagros en el puerto

En Valparaíso son pocas las historias de dolor y desconsuelo que permanecen en la retina de los porteños con tanta fuerza como lo fue la horrible muerte de Panchita, la pequeña de 5 años que murió luego que un chacal la arrojara en un bolso aún con vida al mar, en los roqueríos de la playa Las Torpederas.

A cinco años de la historia que enlutó al puerto, cientos de porteños han comenzado a peregrinar a diario hasta el sitio donde la niña, que amaba bailar, se convirtiera en angelita, en el sector de la Piedra Feliz en Valparaíso.

Allí, de espalda a las olas, se levanta una animita, la que se encuentra  rodeada por mensajes, poemas, peticiones y un par de gracias por favores concedidos, junto con decenas de peluches, muñecas, y juguetes que acompañan el memorial.

"He visto a varias personas que se sientan a rezar ahí, de hecho hay hasta una banca. También he visto como le dejan juguetes, pero se siente en el aire esa tranquilidad. Es que la Panchita se convirtió en una angelita, siempre fue una angelita, y eso lo sienten los porteños, así que creo que por eso llegan hasta acá para estar con ella", comentó a La Cuarta la señora Luisa, quien trabaja en el sector de la playa Torpederas.

Agradecimientos

Pero quien ha debido llevar como nadie la cruz del dolor por tan horrible pérdida durante todos estos años, es sin duda la madre de Panchita, la señora Danitza Benavides, quien reconoció al diario pop que está al tanto del fervor que provoca  su hijita.

"Sabíamos de la animita y de los juguetes, pero no voy muy seguido para allá, porque igual me hace mal, pero está lleno de peluches, de agradecimientos y está súper lindo, tiene hasta unos poemas", contó la mami de Francisca.

"Es la misma gente que le tiene fe y dice que es milagrosa. Las personas me cuentan acá, o en el colegio, que le prenden velitas, que le han pedido a ella y ella les concede, no sé que tipo de favor será", indica.

Benavides agrega que incluso "una amiga me contó hace un tiempo que le pidió por el trabajo de su marido, y ella lo habría ayudado, así que después mi amiga fue a dejarle flores al cementerio. Mi hijita es una angelita y es muy lindo pensar eso".

Cabe destacar que Francisca también cuenta con un memorial al interior de su colegio, y una plaza en el sector de Glorias Navales, donde viven sus papis y hermanos.

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