Una pareja compuesta por un hombre de 61 años y una dama de 33 tomaron una habitación en las Cabañas Cunaco, conocidas hasta hace poco como el Motel Barba Roja, de Nancagua.

Pasado el mediodía la mujer comenzó a gritar pidiendo auxilio porque su contendor en el ring de cuatro perillas, luego del combate cuerpo a cuerpo, aparentemente se había ido cortado.

Al parecer el sexagenario caballero ingirió una pastilla azul antes de emprender la batalla que luego de consumar el acto le pasó la cuenta a su corazón, que dejó de latir para siempre.

La mujer llamó a la ambulancia y desde el servicio de urgencia alertaron a bomberos, porque ellos estaban más cerca del motel ubicado en el kilómetro 33 de la ruta 90 ruta que conduce a Pichilemu.

Junto a la cabaña se estacionó el carro y un voluntario paramédico constató que el cuerpo desnudo sobre la cama de dos plazas no tenía señales de vida.

A su lado se encontraba la mujer en ropa interior roja, que fue interrogada por unos carabineros de la tenencia de Nancagua.

Mudos testigos del grato momento que terminó en tragedia fueron dos jugos de frutas naturales y un paquete de papas fritas a medio consumir que el finado dejó sobre la ventanilla. Afuera aún los esperaba la camioneta en que llegaron al volteadero.

Por instrucción del fiscal de turno de Santa Cruz se dispuso la presencia de peritos de la Policía de Investigaciones, para determinar la muerte del galán maduro al interior del motel. Su cadáver fue remitido hasta el Servicio Médico Legal de San Fernando.

A pesar que el protagonista de este drama era 28 años mayor que su mujer, el amor era más fuerte y lo pasaban bastante mejor que varias parejas de jóvencitos.

Trascendió que todos los meses se daban una vuelta por el motel para salir de la rutina, y que llevaban tres años pololeando.