En las cercanías de San Fernando, a comienzos del siglo pasado, un gallo viejo puso un huevo negro que fue empollado por una culebra y la criatura que rompió el cascarón desencadenó una tragedia que estuvo a punto de terminar con la población de Chile.

El bicharraco que sale del huevo es conocido en el campo como el piuchén (o chupacabras), el mismo que en la película "Los Fina'os" al morder al huaso Benito es el responsable de convertirlo en zombi.

Luego, la epidemia se expande, porque el ardiente campesino le muerde un pecho a la china Peta y en pocos días un montón de muertos vivientes asuelan la zona central.

La alucinante historia del director Francisco Marambio continúa con harta sangre y no le vamos a contar el final pa' no amargarle el pepino por si la quiere ver, pero la verdad es que es de culto.

La idea de la película es parte de una trilogía que la completan un libro de cómics que se realizó con la ayuda de un Fondart y una cantata escrita en décimas en donde se narra el drama de los huasos.

Francisco contó que para la realización de la película no tienen más recursos que “el vuelto del pan. Por eso contactamos a gente de buena voluntad con ganas de hacer el ridículo para actuar. Y por lo mismo hemos usado para maquillarnos chicle de frutilla, cola fría, rouge y base de maquillaje de la más barata de tres por luca. Sólo gastamos plata en lentes de contacto para los zombis”.

Tan poco han invertido que el Tue-Tue hizo la música, el huaso Benito es camarógrafo y usaron varias casas que quedaron en el suelo luego del terremoto como escenografía.

Los amigos de San Fernando hasta ahora sólo han filmado la primera parte de 25 minutos de las tres que pretenden grabar, y buscan recursos para hacerlo aún más bacán.

“Rescatamos la mitología, el patrimonio intangible para darle una justificación a la historia. No proponemos matar a los zombis con un disparo en la cabeza como los gringos; al morir son sanados y pueden descansar en paz”.