El “Jump Fest” realizado en el  Movistar Arena marcó a fuego a los skaters de dos generaciones, ya que la leyenda mundial de este deporte Tony Hawk demostró con sus trucos por qué es considerado el padre de esta disciplina.

El estadounidense de 44 años volvió loco al público, que fue hambrienta de ver sus acrobacias y volteretas que lo han hecho famoso, con saltos de más de 5 metros y giros imposibles, que lo convirtieron, para muchos, en el mejor skater de todos los tiempos.

El gringo si bien ya tiene sus añitos y es figura, nunca se pegó la quebrada. Incluso compartió y dio clases a 15 niños de la fundación Pro Niño, que con sonrisas de 180 grados y saltos tipo canguro le agradecieron el gesto.

Luego de compartir, el yanqui se subió a su patineta, agarró vuelo en la rampa  y comenzó a mostrar toda su magia.

Al momento de pegarse los trucos, la gente comenzó a corear y a pedirle su mítico 900º, genialidad que hace casi 15 años lo lanzó a la fama. Sin embargo, el deportista no realizó y dejó con cuello a quienes soñaban con ver en vivo esa pirueta. Pero para no dejar pagando a nadie, igual se mandó sus rutinas brillositas, junto con los otros créditos de la tabla tal como el brasileño Sandro Días.