Crónica

Villa Alegre: el "santuario" de los fanáticos de Camiroaga

"Los mejores recuerdos de mi vida son de Villa Alegre". Con estas palabras Felipe Camiroaga recibía orgulloso el galardón de hijo ilustre de la ciudad, apenas cuatro meses antes de aquel fatídico 2 de septiembre del 2011 cuando el avión en que viajaba, junto a otras 20 personas, capotó en la isla de Juan Fernández.

Él nació en Santiago, pero desde su más tierna infancia pasó sus vacaciones en la localidad maulina.  "Mi padre, me venía a dejar en diciembre a estas tierras y me venía a buscar en marzo. Era un tiempo bastante prolongado, pero que disfrutaba al máximo. Recuerdo las tardes en estos campos, andando a caballo y disfrutando de cada una de las maravillas que brinda Villa Alegre", recordaba  en esos días el animador de TVN.

Por eso a la hora de escoger el lugar que albergara sus cenizas y gran parte de sus recuerdos, su familia no dudó en posar sus ojos en aquella ciudad de grandes arboledas y de aire campechano que lo ayudaron a superar la ausencia de su madre y que lo hicieron feliz al lado de sus tías.

En mayo de este año se inauguró el salón museográfico dedicado al "Halcón de Chicureo", en el Museo Histórico de la ciudad. Se trata de una antigua casona colonial, que construyó una benefactora religiosa en 1870 y que alberga al museo, declarado Monumento Nacional.

Allí, sus fanáticos sienten que él está presente y acuden a rendirle culto. Recorren en grupos de no más de 20 personas el salón de 46 metros cuadrados donde admiran con devoción el traje que el animador utilizaba cuando personificaba al histriónico Luciano Bello, uno de sus más populares personajes del animador.

Las vitrinas centrales del salón están llenas de sus premios obtenidos durante su carrera televisiva, entre ellos el póstumo galardón entregado por el diario La Cuarta como mejor animador.

También hay un mural de una réplica de la casona donde Felipe pasó su niñez y que quedó destruida en el terremoto que azotó a nuestro país el 27 de febrero del 2010.

A un costado de la ventana, que ilumina la sala, hay un busto de bronce de quien fuera dos veces animador del festival de Viña del Mar. La obra es del escultor Galvarino Ponce, quien además es autor de las estatuas de los cardenales de la plaza de la Plaza de Armas de Santiago.

Finalmente sus seguidores devoran cada una de las 42 fotografías que hacen un recorrido por la infancia del "Halcón de Chicureo" junto a su familia en aquellas tierras. Son imágenes que estremecen a quienes lo vieron crecer en la localidad que sus antepasados eligieron para vivir en Chile.

Pero no sólo el salón dedicado al animador recibe diariamente cientos de visitantes. Sus cenizas permanecen en el Memorial de Hijos Ilustres de la ciudad donde una lápida le recuerda a sus seguidores que él nunca dejará Villa Alegre.

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