Subir a la micro, en plena hora punta y encontrarse con los torniquetes tipo mariposa puede ser un momento bastante incómodo. Sobre todo para los papás que van con sus hijos en los brazos, las embarazadas o los adultos mayores.

Con el fin de terminar con esto, la ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Gloria Hutt, confirmó el fin de este método para combatir la alta evasión en el Transantiago.

La secretaria de Estado afirmó que la razón de su eliminación se debe a que impiden el ingreso de las personas de forma fluida a los buses.

"Buscamos reemplazar estos dispositivos por zonas pagas de alto estándar, de manera de contar con un servicio más amable, abierto y amigable con los usuarios", indicó la titular de Transportes.

Hutt reveló que los nuevos buses eléctricos y de bajas emisiones, que comenzarán a reemplazar a la antigua flota de Transantiago a partir de este año, llegarán "sin torniquetes instalados".

Cambios

Según un estudio encargado por el ministerio y realizado por la Universidad Católica, en la actualidad existen 2.534 torniquetes en las micros.

La ministra explicó qué pasará con estos dispositivos: "Hemos observado que los actuales torniquetes generan que muchos pasajeros se amontonen en el ingreso del bus, lo que genera problemas de circulación y un deterioro en la carga de los buses. Entonces, estamos analizando instalarlos hacia el interior de los buses, para evitar estas situaciones".

Para Rodrigo Martin, experto en transporte urbano y académico de la Universidad de Santiago de Chile, la decisión puede ser "un poquito peligrosa si no hay otra estrategia. Es sano sacarlo, pero la evasión hay que controlarla de alguna manera con otro mecanismo".

Agregó que "los torniquetes fueron una medida que tuvo una cierta efectividad cuando se implementó, pero faltaron otras medidas, como facilitar mecanismos de pago".

Martin indicó que "eran bien incómodos y discriminatorios con personas con obesidad o tercera edad. El público que evadía, que son más jóvenes, los saltaban sin ningún problema".

Por último, señaló que otro hecho negativo de este dispositivo para frenar la evasión era que "reducía enormemente la velocidad, el bus estaba detenido más tiempo. Lo ideal es una zona paga bien ejecutada".