Alexis, Mi amigo íntimo

La Cuarta tuvo acceso a la sesión privada de Alexis y los niños para "Mi Amigo Alexis". Los menores lo esperaron con ansias en el hogar del futbolista y cuando apareció la relación fluyó. b Hubo bromas, abrazos y la alegría propia que nace del afecto. Un recuerdo imborrable para los jóvenes.

Marco Baeza, el niño que interpreta a Alexis Sánchez en su etapa de sueños y pelotas de fútbol en Tocopilla, está nervioso. Está en casa de Alexis, pero el dueño de casa no está... Y los minutos vaya que pasan lento con tanto nerviosismo.

Marco está acompañado de Luciano González, Darío Salazar y la actriz Ignacia Uribe, todos ellos protagonistas de la película recién estrenada "Mi amigo Alexis". Los cuatro miran el reloj. Los cuatro ríen nerviosos. Los cuatro esperan a un ídolo sentados en un sofá del living del delantero más goleador en la historia de Chile.

Pasadas las 17.00, irrumpe Sánchez. Hay sonrisas. Alexis los abraza, bromea con ellos, le desordena el pelo. Pero... hay que esperar nuevamente. El "7" tiene una agenda apretada y hay que ser rigurosos. Primero había que hacer un video promocional. Niños sentados...

El momento ha llegado. Sánchez vuelve al living y comienzan las bromas y la conversación. Los jóvenes actores le recuerdan de una apuesta que lanzaron en noviembre, la primera vez que estuvieron junto al atacante del Manchester United. Alexis no recuerda muy bien... En fin, el astro se muestra cómodo, cercano y eso hace que a Marco le brillen los ojos. Ahora sí que estaba hablando con la persona que quiere imitar como futbolista cuando sea grande.

Se acaba el tiempo. A trabajar. Manos a la obra a lo que fueron: la sesión de fotos.

Las risas afloran solas y no es necesario que el fotógrafo pida más "naturalidad". La buena onda fluye.

Los niños aprovechan de sacarse fotos con la réplica de las copas América que tiene Alexis en su hogar.

¿Y el jugador? En la terraza de la casa, grabando saludos y, luego, en el living dando la entrevista dirigida por el equipo de Fabula.

Se hace tarde, hay que irse. Marco y sus amigos cruzan la reja. Ya no hay nervios, sólo satisfacción de haber cumplido un sueño.

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