El DT alemán por fin levantó la "Orejona", luego de dos fracasos, con Borussia Dortmund y Liverpool, club al que ayer llevó a su sexto título de la historia.
Liverpool llegó en su mejor momento a la final de Madrid. Muy sobre el Tottenham, al que venció por 2-0 en al final de la Liga de Campeones. El primer título para el "fracasado" Jürgen Klopp (tras dos finales perdidas) y el sexto para los "Reds", terceros en la lista general después de Real Madrid (13) y Milan (7), que les permite superar a Barcelona y Bayern Munich, ambos con cinco coronas.
Y si el fútbol tiene algo de lógica, el duelo en el Wanda Metropolitano aclaró las dudas que pudieran existir sobre ese respecto. El cuadro rojo era amplio favorito para llevarse el título ante los "Spurs", debutantes en estas instancia. Pero nadie pensaba que fuera de esta manera.
A menos de 30 segundos del inicio, el árbitro esloveno Danir Skomina no dudó en cobrar un penal a favor de Liverpool, por una mano de Moussa Sissoko. Mohamed Salah transformó la jugada en gol y el partido, literalmente, se acabó.
Nunca en una final de Liga de Campeones un gol a los 2 minutos había "perjudicado" tanto el trámite. El equipo blanco nunca tuvo las armas para derribar al rival y los "Reds", sin pasar apreturas, cerraron el juego por las bandas y bloquearon la mejor arma de los londinenses.
La final se volvió aburrida y compleja. Una guerra táctica, donde el argentino Mauricio Pochettino nunca encontró los caminos para siquiera incomodar al meta brasileño Alisson Becker.
Sólo en los minutos finales, el equipo de la capital británica puso en problemas al meta brasileño, que siempre respondió ante los remates de distancia que ensayaron los blancos.
Cuando el partido expiraba, el belga Divock Origi, el mismo que salió del fondo de la banca para matar al Barça, cerró la faena con un remate cruzado. Al principio y al final. Suficiente para que Liverpool vuelva a tocar el cielo de Europa después de 14 años de postergaciones.
La revancha de Klopp
Skomina pitó el final y la carrera de Jürgen Klopp hacia el centro de la cancha fue un verdadero desahogo.
"Esto es increíble. No tengo palabras. Para ser honesto, he estado en siete finales, he perdido todas y esto es increíble. Ha costado bastante, pero esto es un título muy importante. En circunstancias normales, 20 minutos después del partido ya debería estar medio borracho ¡pero ahora sólo tenemos agua!", dijo el emocionado DT germano.
Al otro lado, el técnico argentino Mauricio Pochettino lamentó la derrota ante los "Reds", a la vez que aclaró que "tenemos que aprender de estas situaciones. Perder una final nunca es bonito. Empezar en desventaja como lo hicimos es un golpe sicológico muy duro, al equipo le ha costado mucho asimilarlo".