Aunque era el debut oficial de Alexis Sánchez por la Premier League, en el Tottenham no estaban para celebraciones ni homenajes. Menos contra Manchester United, al cual venció 2-0 con baile incluido.
De hecho, todo empezó mal para los "Diablos Rojos", pues los asistentes a Wembley no se acomodaban todavía cuando a los 14 segundos Christian Eriksen anotó el primero de los locales, quienes jugaban en casa prestada debido a que el nuevo estadio White Hart Lane sólo estará listo a principios de la próxima temporada.
Sin embargo, la pesadilla para Mourinho no terminó ahí, pues antes de la media hora el zaguero Phil Jones se mandó un autogolazo que dejó pato a David de Gea. Así se fueron al descanso.
Ya en el complemento, el vendaval del Tottenham no amainó. Mourinho retrasó al "Niño Maravilla", quien a pesar de ser uno de los más movedizo, nada pudo hacer para cambiar la historia. De hecho los locales, dirigidos por Mauricio Pochettino (eterno apóstol de Marcelo Bielsa) coparon el mediocampo y le cortaron al línea de pase a los rojos. Con un juego vertical y directo desnudaron las calillas del escolta de la Liga inglesa.
Pudo ser peor
Con el duelo tirado, Harry Kane se dio el lujo de perderse dos goles en el final, cuando la carita de Alexis y el resto de sus compañeros ya se alargaba hasta el suelo. Al final, el marcador de 2-0 resultó hasta mezquino para lo que ocurrió en Londres.
De esta forma, el United ahora están aún más lejos del líder Manchester City (15 puntos de diferencia) que no tuvo problemas en hacer la pega ante West Bromwich Albion, al que goleó 3-0 en el Etihad.
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