El maldito demonio del "casi-casi" al fin dejó el cuerpo de Christian Garin, quien ayer le dio luz al nublado e invernal sábado con un potente rayo de sol al llegar a la finalísima del ATP 250 de Houston.

En lo que ha sido, sin duda, el mejor de sus veranitos de San Juan, el iquiqueño ayer desbloqueó otro nivel y le dio un verdadero paseo al gringo Sam Querrey (71°), que sólo fue rival en el primer acto.

Es que el final de la historia se escribió con un 7-6 (2) y 6-2 a favor del número uno de la patria, a quien no le hizo ni cosquillas el norteamericano de casi dos metros que es conocido por su saque destructivo.

Aguantando como marido en la feria llevando las bolsas calladito, Garin no solo se blindó contra los garrotazos de Querrey, sino que recordó al "Chino" Ríos en sus mejores tiempos, pues se "colgó" de la potencia del enemigo para encajar devoluciones que a la larga fueron la clave para su importante victoria.

De hecho, tanto fue así, que "Gago" ganó el 47% de los puntos con su devolución, lo que habla de un gran progreso en su tenis, al que muchos explican desde que Paul Capdeville llegó a sumarse a su staff.

Hambriento.

Más allá de que hoy levante la que sería la primera copa de su carrera profesional, el "Tanque" ya saca cuentas alegres, pues por haber llegado al partido decisivo, ante el noruego Casper Ruud (95°), sumó los puntos necesarios como para aparecer en el lugar 61° a partir de este lunes. O sea, ya avanzó 12 lugares con la gran campaña.

Si gana, eso sí, sería aún más maravilloso, pues en un hecho inédito nuestra mejor raqueta treparía al top 50, lo que le abrirá las grandes alamedas y entrará directo a Montréal y Cincinnati. Es más, si sigue así de derecho, incluso, podría clasificar sin despeinarse a Wimbledon como uno de los sembrados.

Y para los que viven de los recuerdos, Garin también anotó un hecho histórico que hace mucho rato no celebrábamos en esta patria amante de los mangos y las bolas amarillas.

Es que con la de ayer, Garin igualó las dos finales alcanzadas en una misma temporada por Fernando González en el lejano 2008, cuando el "Bombardero" luchó por la corona en Viña del Mar y Munich.