A César Pinares le cambiaron el chip: figura del nuevo copón

El volante ofensivo de la Católica, que ya había brillado en el último clásico ante Colo Colo, se robó la película en la Supercopa ante Palestino. Con huevos y talento, la joyita cruzada, que agrandará su familia en un par de meses, se vistió de "Coto" Sierra para clavar un tiro libre.

César Pinares está viviendo una verdadera reconciliación con el fútbol. Después de los momentos amargos en su paso por Colo Colo, donde no tuvo posibilidad de mostrarse, el volante parece estar resucitando este 2019. Y es que tras llegar a Universidad Católica, el jugador de 27 años se está ganando el sueldo apunta de huevo, cachaña y talento.

Y es que pese a ser resistido en un comienzo por su pasado albo, Pinares ya cuenta con el cariño de su hinchada. Esto luego de su aplaudida actuación en el último clásico ante Colo Colo, y ahora robándose la película en la Supercopa ante Palestino.

Tal cual, pues el volante fue una de las figuras del cotejo y se dio el lujo de anotar un golazo de tiro libre que terminó de asegurar un nuevo trofeo para la "Franja", que -fuera de todo pronóstico- goleó por 5-0 al equipo de Ivo Basay.

Pero el comienzo no fue tan auspicioso para los dirigidos de Gustavo Quinteros. Y es que pese a mantener la posesión de la pelota en la mitad de la cancha, fue Palestino quien tuvo las más claras para abrir la cuenta. Pero sacando provecho a las pelotas detenidas, la UC se adelantó en el marcador con una de sus promesas exportables.

Benjamín Kuscevic aprovechó un centro bombeado para colocar el 1-0 a los 39 del primer tiempo. Y con el marcador a su favor, los cruzados crecieron gracias al aliento de su hinchada que colmó el Sausalito. Así, el segundo estallido llegó rápido.

Tras una falta al borde del área, Pinares se acomodó para la zurda, y al estilo del "Coto" Sierra, la metió en un rincón imposible para el Nacho González. Sí, la coronación de un gran inicio de año, donde el "14", incluso, ha trabajado de forma intensa su físico. Y las buenas noticias van a seguir, pues en un par de meses será papá por tercera vez.

Con la confianza a flor de piel en el complemento, la Católica fue una máquina. De la mano de Sebastián Sáez, Diego Valencia y Diego Buonanotte (una joya sobre el final), cerró una fiesta inolvidable y sumó su segunda Supercopa, luego de ganarla el 2016 ante Universidad de Chile.

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