Los albos arrancan hoy con su pretemporada en el barrio Pinar de Buenos Aires, en lujoso recinto que lleva el nombre del pueblo originario.
En su primera conferencia de prensa como DT de Colo Colo, Mario Salas pidió más reconocimiento para el pueblo mapuche, y luego de su debut al mando de la práctica del equipo, gritó newen (fuerza en mapudungun) en señal de buenas vibras para sus dirigidos.
Con el "Comandante" en la Ruca, el indio en el pecho dejó de ser un simple elemento decorativo en el escudo del Cacique, y a lo que ya ha intentado inculcar el entrenador, ahora además se suma un hecho fortuito.
Colo Colo, que viajó ayer a Buenos Aires, realizará su pretemporada en en el Mapuche Country Club, lugar ubicado en en el barrio de Pilar, a unos 50 kilómetros de Buenos Aires.
A diferencia de las comodidades que se encuentran en el estadio Monumental, el lujoso recinto (de 100 hectáreas) cuenta con tres canchas de fútbol, un búnker de seguridad con sala de monitoreo, 14 canchas de tenis, una cancha de golf, gimansio, piscina y otro tipo de distracciones para que los jugadores rompan la monotonía de la concentración, la que finalizará días antes de la Noche Alba del proximo 18 de enero.
Tiene historia
Según cuenta el sitio oficial del club de campo, el recinto ha sido utilizado por los principales equipos de Buenos Aires, las selecciones menores de Argentina, y hace dos años por Colombia, país que preparó ahí su partido frente a la Albiceleste.
Además en la web del recinto, se destaca una linda historia de amor, la que precisamente le da el nombre de Mapuche al nuevo búnker de Colo Colo.
Todo porque el dueño de los terrenos donde se emplazó el reducto, Hortensio Benegas Indart, acostumbraba a realizar largos viajes a la patagonia argentina, y fue ahí donde conoció a una joven indígena que lo dejó marcando ocupado.
Si bien en primera instancia ni siquiera le preguntó su nombre, tras largos meses se dio cuenta que algo había ocurrido en su corazón, volvió a la zona del flechazo y nunca la encontró. Fue ahí, en un homenaje para ella, que bautizó la estancia como "Mapuche", nombre con el que en 1971 se denominaría al club de campo.