¿Cuál fue el error clave de Chile en su denuncia ante la FIFA por caso de Byron Castillo?

Byron Castillo y Eduardo Carlezzo.
Byron Castillo y Eduardo Carlezzo.

Durante la mañana del viernes, La Roja vio desmoronarse sus esperanzas para entrar “por la ventana” al Mundial de Qatar 2022.

Había esperanza en Chile frente al fallo que entregaría la FIFA por el caso del futbolista Byron Castillo, de quien se alegaba que no cumplía con las condiciones para formar parte de la selección de Ecuador en vista de que sus papeles de nacionalidad no estaban en regla.

Sin embargo, la posible arremetida “por la ventana” de La Roja a Qatar 2022 sufrió un importante golpe, luego de que desde Zúrich, Suiza, llegará el comunicado que desestimaba los argumentos chilenos, ratificando la participación ecuatoriana en el Grupo A de la máxima cita.

Desde el lado chileno, ya adelantaron que apelarán al dictamen y, en caso de que esa segunda instancia tampoco resulte, recurrirán al TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo). Sin embargo, el escenario se ve difícil de revertir, sobre todo considerando que los plazos son estrechos ante un torneo que se disputará en noviembre.

Según reportó La Tercera, el error de la defensa chilena, liderada por el brasileño Eduardo Carlezzo, habría estado en el foco de los argumentos presentados, a pesar de que aún no se han publicado los fundamentos que sustentaron el fallo.

“Me parece que FIFA no va a cuestionar, nunca, un documento emanado por un tribunal u órgano jurisdiccional del país de una federación miembro”, planteó al citado medio Francisco Moya. “Por lo tanto, si la falsedad que alega Chile se basa en la existencia de un certificado anterior, las posibilidades se reducen notoriamente”.

En tanto, su colega Mauricio Ríos sostuvo que “la falsificación de documentos es algo difícil de probar, a pesar de los certificados y las declaraciones aportadas”, por lo tanto, “la defensa debiese tratar de enfocarse en una alteración que provenga del jugador y/o de la federación y no en la validez de documentos emanados, por ejemplo, del Registro Civil o los tribunales de justicia”.

Es decir, si las instituciones ordinarias del país ya habían zanjado el tema de determinada manera, la FIFA simplemente habría decidido respetar esa decisión.

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