El drama que vive el equipo femenino de San Luis: recibieron 152 goles en 17 partidos

La propia arquera confiesa que "a veces veía que mis compañeras se daban por vencidas". Claro que hay un tema de fondo: la ex DT develó las falencias de la categoría, incluyendo entrenamientos en cancha de cemento. "Además las chicas debían pagar una mensualidad", contó.

A Colo Colo le ocurrió el 2012 cuando le hicieron la "manita" en el Nacional, y hace algunos meses la "U" se comió siete en Brasil, en la Copa Libertadores. ¿Ve? A todos les puede pasar, pero lo del equipo femenino de San Luis es preocupante: hasta ahora le han marcado 152 goles en 17 pleitos. O sea, tiene un promedio de 8,94 cada fin de semana.

De hecho, hay boletas históricas, como el 26-0 de las albitas en la primera fecha o el 13-0 de Palestino, también en la rueda inicial. Y sin ir más lejos, la semana pasada Santiago Morning ganó 23-0. En aquel partido, por cierto, estuvo Marion Rojas al arco, quien le comentó a La Cuarta que "ha sido agotador, a veces llegaba a mi casa y me ponía a llorar por la frustración".

¿Una explicación? No, no es que Tito Tapia las entrene o que la goleadora haya querido partir a Colon. El tema es más profundo, según explicó la ex entrenadora. ¿De verdad? Tal cual, pues Javiera Faúndez se fue de Quillota a fines de julio, una vez que concluyó la primera rueda. "Estaba chata, no quería dejar tiradas a las niñas, pero hubo gente que tomaba decisiones por mí", señaló.

Para que entienda: la profesora de educación física de 32 años jugó en La Calera, luego estuvo dos años en San Luis, donde incluso fue coordinadora. "Por falta de recursos se cortó la rama, era casi un proyecto de cabras chicas", recuerda. Ahí partió a Everton, pero en el 2017 la llamó el cuadro canario para trabajar en la categoría adulta. "Me la vendieron bonita", indicó Faúndez.

- ¿Qué pasó?

- Se suponía que íbamos a competir altiro en la ANFP, pero no alcanzaron a inscribirnos. Pedí refuerzos, dije que no podíamos presentarnos casi con una escuela de fútbol. Salí de Everton y varias jugadoras me siguieron; jugadoras que querían en equipos de Santiago. Al final tampoco jugamos el segundo semestre, recién se concretó este año.

- ¿Y durante el 2017 hubo preparación?

- Entrenamos todo el año en el estadio, fue un plus gigante, otros equipos no tienen esa opción. Vimos que el club estaba poniendo de su parte, que nos apoyaba harto. Los problemas empezaron el 2018, con la remodelación del Lucio Fariña, fueron varios meses. Tuvimos que entrenar en cancha de tierra, las niñas se lesionaban... Era transitorio, pero se alargó todo.

- Y competían en mayo...

- Es más, cuando empezó el horario de invierno tuvimos que buscar otro lugar, porque no había luz. Las jugadoras no podían llegar más temprano, porque estudian y trabajan. Al final llegamos a una cancha de cemento de baby fútbol de un colegio. Aparte, debían pagar mil pesos por el arriendo y cinco mil cada una de mensualidad. El coordinador decía que era para pagar un preparador de arqueros. Esa era su responsabilidad, no de las niñas. ¡Ah! Para llegar a la cancha del Regimiento Granaderos les cobraban mil pesos, además, para el bus de acercamiento. Las que vivían en Viña gastaban como 65 mil al mes, era mucho.

- ¿Entonces todo eso influyó, por ejemplo, en el 26-0 inicial?

- Estaba yo a cargo, me hago responsable. No tenía el equipo completo, el noventa por ciento de las chicas era primera vez que jugaban profesionalmente, no sabían cómo afrontarlo. Se sabe que Colo Colo es superior, pero una persona experimentada apela a otro tipo de cosas en duelos así, no empiezas a dar toques. Me refiero a que te repliegas un poco, sabes cómo hacer una falta en un contragolpe.

- ¿Y cómo lo hiciste para que siguieran adelante?

- Lo primero que les dije fue "bienvenida realidad", ellas pensaban que era otra cosa. Nunca les vendí un cuento, les dije que lo más probable era que nos boletearan, que había que tratar que nos hiciera la menor cantidad de goles. Debíamos entrenar de cabeza, les conté que entramos a un hoyo y que peor no íbamos a estar, y que la misión era bajar la "cuota".

- ¿Alguna quiso salir?

- Nadie me lo dijo. Claro, hubo gente que quedó en el camino, y al irme yo, hubo jugadoras que me siguieron. Dos de las chicas que han hecho goles, de los siete a favor, se fueron, estaban decepcionadas.

- Aunque ahora estás fuera, ¿cómo se supera esta crisis?

- Debes armar algo desde abajo, la única manera es que San Luis tome de verdad las riendas de la rama. Hoy ni siquiera tienen entrenador. Hay que respetar los roles. Mis problemas fueron con el coordinador, decía que era él quien tomaba decisiones. El papelón no es la tabla de los goles, hay un tema de fondo.

Odisea

Aparte del encuentro con el Morning, con las 23 estocadas, Marion Rojas (21 años) se puso los guantes en la mayoría de los partidos de la primera rueda. Desconoce la cifra, pero -por lo bajo- ha recibido 80 goles. Sin embargo, a veces tuvo que cambiar de posición, y su puesto lo ocupó la otra portera, Mariela González.

"Cuando enfrentamos al Chago la primera vez (sexta fecha) me lesioné, pero jugaba igual. Mis compañeras se bajoneban, así que para darles ánimo y por una cuestión de mentalidad, yo iba igual. Me vendaba para no recibir golpes. En el 12-0 de Colo Colo jugué los noventa minutos de defensa", contó Marion.

- No es menor el tema...

- Físicamente son dos posiciones distintas. Imagínate, entrené más de un año como arquera y pasa esto. Además, yo trabajo de vendedora en una ferretería. Si me necesitan voy a estar, pero no siempre, porque tengo distintos turnos. Y lo otro: vivo camino a Quintero y me cuesta mucho llegar a entrenar.

- En tu puesto afecta entrenar en cemento...

- Eran golpes que no imaginan. Y ni hablar de lesiones en tobillos, rodillas. Estábamos chatas, planeas un partido de 11 jugadoras en una cancha de baby, las jugadas, movimientos, estrategias son distintas, no se plasman de la misma forma.

- ¿Y cómo reponerse a marcadores abultados?

- Da lata, pero te hace ser más fuerte. Hay momentos en que obviamente te das por vencida. Veía eso en mis compañeras. Las que tenemos cierto liderazgo las tiramos para arriba, somos unidas. Una vez todas estaban calladas, la mayoría llorando. Y la deté dijo que las lágrimas eran porque nos importaba. Debíamos demostrar que nos sacábamos la cresta.

- Al menos empataron con el Audax...

- Sí, y eso fue un gran avance para nosotras, anímicamente nos ayudó. Ahí jugué de titular, y en mi puesto. Ojalá que ahora podamos ganar algún partido.

"Es por la falta de compromiso de algunas"

"Es una lástima enterarme que gente del mismo equipo diga mentiras". Eso fue lo primero que señaló Enrique Rodríguez, coordinador de la rama femenina de San Luis, al ser consultado por las acusaciones de la ex entrenadora quillotana. "Los valores del ser humano y la institución están sobre lo demás. Acá tengo que partir formando, los resultados vendrán en su minuto", se defendió.

Es cierto, el funcionario admitió que durante algún tiempo no se pudo utilizar el Lucio Fariña por cambio de carpeta y que cuando la luz no los acompañó en una de las canchas alternativas del club, hubo que recurrir a un liceo. Sin embargo, asegura que San Luis siempre les proporcionó las condiciones adecuadas. "Si no iban al complejo era porque no alcanzaban a llegar, ya que también trabajan", señaló.

-¿Y los gastos en los que tuvieron que incurrir las chicas?

- Lo primero: quien facilita el estadio es la Casa del Deporte, no el club. Y San Luis lo primero que hizo el año pasado fue regalarme 60 balones nuevos. También se les entregó ropa de entrenamiento sin costo y utilería se encarga del lavado. Lo que sí, los buzos de salida son costeados por los jugadores, es un tema institucional. ¿Las colaciones? Somos el único club que da colación de salida, almuerzo y colación de vuelta.

-¿Y cuál es su explicación por la mala campaña, que incluye 152 goles en contra?

- Personalmente, creo que es por el compromiso de las jugadoras. Y te digo, por ejemplo, para el partido con el Morning toda la prensa se quedó con el 23-0. Se hizo la citación y llegaron 8 jugadoras al partido, tuvimos que subir a dos chicas de la Sub 17. A los 20 minutos podríamos haberles dicho a dos jugadoras que se lesionaran y nos retirábamos con un 5-0. Nadie habría hablado del marcador. Pero los valores institucionales son primordiales, el compromiso y respeto. Con entereza terminaron el partido, eso es lo rescatable, más que buscar responsabilidades o decir mentiras.

-¿Es cierto que no hay entrenador?

- Tuvimos que hacer cambios y como en todos lados, se trabaja de forma interina. Hace dos meses, más o menos. Pero estos resultados no pasan porque haya o no un entrenador, o por ser más o menos buenas. Pasa por un tema valórico.

-Hoy se habla de las malas campañas de hombres y mujeres del club...

- Lo del primer equipo es lamentable, pero a veces corre la suerte. Tenían partidos ganados, pero por situaciones más allá de lo futbolístico terminaron perdiendo. En el caso de las chicas, lo asumen, hemos priorizado tener las comodidades y beneficios más que resultados. No hay sponsor, a nadie le interesa, pero a las chicas les tenemos hasta nutricionista, sicólogo, kinesiólogo. Y la verdad, llevo cinco años en esto y no me afecta que digan 'ohhh, están peor que los hombres'. Recién partimos y no olviden que el 2019 la rama femenina será obligatoria.

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