Durante las últimas semanas, Kike Acuña concedió varias entrevistas donde habló de su batalla contra las adicciones, las que terminaron de cierta forma de perdudicar su carrera como futbolista.

De hecho, esto fue justamente lo que reveló el ex jugador de la UC en charla con Rodrigo Sepúlveda en el programa Te lo cedo, de Zapping Sports, donde reveló nuevos detalles de los problemas que tuvo con el alcohol.

“Cuando dejé el fútbol —quise retirarme porque no podía hacer ambas cosas al mismo tiempo— ya el alcohol me había consumido. Me había comido la farándula. Me gustaban las luces”, reconoció.

Además, en ese mismo contexto recordó algunas situaciones con las que lidió en esa delicada etapa de su vida, donde llegó a consumir alcohol durante 365 días de manera consecutiva.

“A las 8:30 de la mañana ya me estaba tomando un fernet con Coca Cola, y así comenzaba mi día. A veces terminaba dos o tres días después, sin dormir, pasando de largo y perdiendo la cuenta”, admitió.

Pero eso no es todo, pues también reveló que a esas alturas “yo era capaz de tomarme, sin problema, 24 latas de cerveza, dos o tres botellas de vino, whisky”.

Luego, también reveló que esa pelea con la bebida la perdió y que afectó su rendimiento y su carrera deportiva.

“Siendo jugador profesional, se me salía la cadena. Me enojaba cuando, después del partido, teníamos que entrenar al día siguiente, porque para mí ese era el día libre, el que podía aprovechar para salir sin que nadie me dijera nada. Más si ganabas, porque podías salir tranquilo y nadie decía nada”, indicó en la conversación con Sepu.

Por lo mismo, mientras rebobinaba el cassette, Acuña se quebró frente a las cámaras. “El copete me destruyó. Me hizo perder todo, y me costó mucho salir adelante”, confesó.

Por último, reconoció que la soledad y la angustia por esos días lo exterminaron. “¿Qué apagaba esa pena? Tomarme una cerveza a las 8:00 de la mañana, para volver a sentirme invencible, como si nada me fuera a pasar. Así fue mi vida durante siete u ocho años”, cerró.