Por Bastián Escalona AmpueroEl desesperado intento por salvar Green Cross: el hombre que robó un banco y quiso huir con su amante
Fernando Jaramillo Phillips fue el presidente de la rama de fútbol del club de la cruz de Malta, y protagonizó un cinematográfico crimen para rescatar al equipo de sus amores.

En el mundo del fútbol, la dirigencia de los clubes juega un rol fundamental. La administración de los equipos repercute en todas las aristas del elenco y el balompié criollo ha tenido buenos, malos y pésimos directivos, pero ninguno como Fernando Jaramillo Phillips, para bien o para mal.
El mencionado nombre, fue parte del extinto club Green Cross, y junto con la cruz de Malta verde, quedó anotado en los libros deportivos y judiciales del país.
El conjunto fundado en Santiago el 27 de junio de 1916, durante sus primeros años se mantuvo entre el profesionalismo y la Serie B, hasta que se consagró como campeón del fútbol chileno en 1945. Por esos años se sumaron a la tendencia de hacer giras por el mundo, nutriéndose del juego de otros países y expandiendo su alcance.
Tras años de irregulares campañas, en 1960, Green Cross ganó el campeonato de Segunda División de la mano del técnico José Salerno y con 36 puntos en total. Un periodo en el que la expansión del fútbol se percibe en todo el país y que derivó en un inédito campeonato.
A comienzos de 1961, la ACF organizó la Copa Chile o Campeonato de Apertura, donde se anunciaba la incorporación de clubes de todas las latitudes, por lo que era el comienzo de algo grande, y en el conjunto verde lo querían afrontar como corresponde.

La tragedia de Green Cross
El elenco santiaguino se esmeró en preparar un equipo para el desafío que se venía, así que contrataron al volante Eliseo Mouriño, quien llegaba con gran fama desde Boca Juniors de Argentina.
En cuanto arrancó el torneo, en primera fase se enfrentaron contra la selección de Osorno, un duelo que terminó igualado 1-1 en el primer partido. En la vuelta, Green Cross cayó por la cuenta mínima, quedando prontamente eliminado.
Con el amargo resultado no les quedó más remedio que hacer las maletas y regresar a la capital. El 3 de abril de 1961 partieron en un avión con destino a Santiago gran parte del plantel y del cuerpo técnico, sin embargo la aeronave sufrió un accidente al estrellarse contra el cerro Las Ánimas, en las cercanías de Linares, y todos sus tripulantes fallecieron.

En honor a esa tragedia, la edición de la Copa Chile de ese año se le llamó Copa Chile Green Cross 1961.
Un duro golpe para familiares, amigos y miembros del equipo que no iban en el avión, entre ellos el presidente de la rama de fútbol del equipo, Fernando Jaramillo Phillips, quien debió hacerse cargo de los dramas económicos que enfrentaba el club.

Hasta septiembre de 1961, Fernando sumaba al menos 20 años en el Banco Central. Empezó como auxiliar de la Sección de Cambios y en dos décadas se convirtió en el subtesorero, un puesto de alta confianza considerando que su oficina quedaba en la bóveda principal, de acuerdo con una investigación realizada por el medio La Segunda.
Corrompido por sus pasiones
Desde su despacho, Jaramillo Phillips podía vigilar los cerca de 15 millones de escudos, que se almacenaban en la bóveda del banco, dinero nuevo que estaba listo para salir en circulación.
Con tanto dinero al alcance de la mano, el subtesorero no tardó en pensar en todas las deudas de Green Cross que pagaría con esos billetes. Tras perder casi toda la plantilla, perderse ese torneo, era harta plata que se estaba gastando en el equipo.
Pero el fútbol no era lo único que le movía las hormonas, ya que pese a ser casado y tener un hijo, mantenía una relación extramatrimonial con Clemencia Garrido Negri, contadora de 22 años que trabajaba en el mismo lugar.
Fue así como en complicidad de su enamorada, se las ingeniaron para robar una gran cifra de dinero con la que no solo pagó las deudas del club, sino también los sueldos de los jugadores y sus viajes.
Un plan casi perfecto
Para no ser descubierto en su robo, el método de Jaramillo fue simple pero efectivo: sacaba fajos de billetes nuevos de 10 escudos y los reemplazaba por unas cartulinas blancas con las mismas dimensiones.
El presidente de Green Cross llevaba un buen tiempo sacando dinero, y su crimen quedó al descubierto recién cuando se realizó un arqueo más detallado de la bóveda por parte de un inspector del banco, aunque no había certeza de quién era el responsable.
Varios funcionarios fueron detenidos e interrogados por las autoridades, y pese a que habían sospechas, estaban involucrados trabajadores de confianza del banco. Confirmaron que Jaramillo era el responsable cuando habían pasado tres días del hecho, ya que no se estaba presentando en el trabajo.
“Las diligencias judiciales se iniciaron a consecuencia de que un cajero no concurrió a sus labores durante tres días y se comprobó que faltaban nueve mil escudos en el estado de su caja. Luego se encontró en cajones de una secretaria de tesorería un fajo de papel recortado de la misma dimensión de los billetes desaparecidos”, publicó por entonces El Mercurio.
Fue complejo para los policías y funcionarios del banco hacer un balance real de lo sustraído, pero con el avance de la investigación se pudo establecer un rango hasta obtener más detalles. Finalmente se determinó que habían sido robados 264.900 escudos de la época.
Tras la investigación, la justicia determinó que al menos 64.000 escudos fueron destinados en beneficio del club. La gran cifra desplegó todo el contingente posible, ya que habían sospechas de que los responsables podrían dejar el país, así que hasta con helicóptero fueron tras su pasos.
Fue así como el 27 de septiembre del 61, fue arrestado Fernando Jaramillo Phillips en un sector del Cajón del Maipo, cuando intentaba escapar a Buenos Aires para casarse con Clemencia y disfrutar de su botín.
Pero la historia de Bonnie y Clyde llegó a su fin y fueron detenidos por la policía, una travesía que también pudo resultar en tragedia, ya que se consignó que Jaramillo estuvo a punto de morir congelado en su intento de escapar del país.
“La señorita Garrido había sido detenida por un corto tiempo el miércoles y luego quedó en libertad. Posteriormente se dirigió a La Matancilla, donde se juntó con don Fernando Jaramillo para trasponer un paso cordillerano hacia Argentina. Tenían contratado para ello a tres baqueanos de la zona, los que también fueron detenidos ayer”, consignó por entonces El Mercurio.
Al enfrentarse a la justicia, a Clemencia Garrido se le condenó a una pena menor, sin embargo el subtesorero del Banco Central no tuvo la misma fortuna. El ministro en visita de la época, Israel Bórquez, lo condenó a 12 años y 180 días de cárcel.
Junto al Jaramillo, fueron condenados Benjamín Raúl Bocaz y Gregorio Risco Villena, quienes se habían desempeñado como gerente y tesorero de Green Cross respectivamente.
Con el presidente del club tras las rejas, la suerte del conjunto no mejoró, y finalizado el campeonato de 1962 nuevamente descendieron, pero en 1963 volvió a ganar el campeonato de ascenso, retornando a la máxima categoría, en calidad de invicto, con Francisco Hormazábal como entrenador.
Todo lo ocurrido con la dirigencia y el robo al banco no favoreció la reputación del club, que cada vez contaba con menos afición en la capital, por lo que el elenco de la cruz de Malta se trasladó a la ciudad de Temuco y se fusionó con el equipo local, Deportes Temuco, ex Deportivo Bancario, que estaba en Segunda División desde 1963.
La fusión se llamó Club de Deportes Green Cross-Temuco hasta 1984, cuando cambiaron su denominación a lo que es actualmente Club de Deportes Temuco.
Tras la desaparición de todo rastro de lo que fue algún día Green Cross, solo quedaba el protagonista de este relato, Fernando Jaramillo Phillips, quien en 1990 moriría producto de un paro cardiorrespiratorio.
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