Entre el 2007 y el 2011, los titulares de prensa se repetían. "La 'U' venció con claridad a Melipilla", "La 'U' vence cómodamente a Palestino" o "La 'U' pasa por encima de Cobresal". En todos estos casos había un factor en común: el entrenador del rival de los azules era Luis Musrri.

El histórico capitán del Bulla de la década de los 90 no ha podido ganarle jamás al club que lo vio nacer en los nueve partidos que ha enfrentado, creando así una especie de Bestia Negra, de las que tanto aparecen en el fútbol.

Este fin de semana nuevamente deberá chocar contra los universitarios, esta vez al mando de Deportes Iquique. Un partido clave, debido a que el club de sus amores está peleando la opción del título. De hecho, si logra hacer tropezar a la "U", le dará una mano a la Universidad Católica, que a la misma hora estará disputando su encuentro contra O'Higgins y pueden terminar dando la vuelta olímpica.

La mala racha de Musrri contra los laicos empezó el 2007, cuando recién hacía sus primeras armas como entrenador. Un 3-0 categórico en el Nacional fue el inicio de una maldición que todavía perdura.

Luego pasó a Palestino, donde en los primeros cuatro encuentros se fue derrotado. Para peor, apenas convirtió un gol, mientras al Tino le encajaron 10. Al menos, en el último encuentro que dirigió a los árabes, logró conseguir un empate en blanco, en el único punto que ha cosechado contra la "U".

Luego el destino lo llevaría a El Salvador, donde con Cobresal tampoco tuvo buena fortuna. De hecho, dos veces se comió una "manita" y en la tercera ocasión que los enfrentó, recibió tres goles más.

En total, es pésima su evaluación contra los azules: un punto en 9 partidos disputados, con un rendimiento que cuesta creer: 3,7%. Eso sumado a que el saco de goles que se ha llevado para la casa es gigante, pues son 26 goles los que le han convertido, promediando casi 3 por encuentro. Y de celebrar alguno, casi ni hablar: apenas 5 veces.

Ahora la mando de Iquique tendrá una nueva oportunidad para mejorar su desempeño, aunque con una "U" encumbrada cerca de la punta y peleando el título, no es el panorama ideal para Musrri. Ni futbolística ni emocionalmente.