¿Qué fue de Matías Urbano? El único Pescado especialista en rabonas

Matías Urbano festejando con su clásico paso de "El Pescadito". Foto: Photosport
Matías Urbano festejando con su clásico paso de "El Pescadito". Foto: Photosport

El exfutbolista tuvo un destacado paso por Unión San Felipe, donde logró ser goleador de un campeonato y dar la vuelta al mundo con dos goles de rabona en menos de una semana. Además de ser recordado por su tradicional festejo, el argentino quedó en la memoria de los fanáticos por anotar con la técnica que popularizó el Bichi Borghi en fines de semana consecutivos. "Me dicen que reclame en los récord Guinness, no sé si otro ha hecho dos goles así en seis días", señala.

No sabemos si hay peces que sepan jugar al fútbol. Este miércoles, Ignacia Uribe, directora ejecutiva de la Fundación Veg, se presentó en una sesión de la comisión del Congreso. Ahí aseguró que: “Los peces son más que números y toneladas. Cada uno de esos peces es un individuo con su personalidad, pensamientos, intereses y memoria, hay peces tímidos y atrevidos. Han aprendido a jugar fútbol, a hacer trucos y utilizar herramientas”. Fuera de la literalidad, el balompié nacional tiene algunos peces. Jugadores que fueron apodados de esta forma. Ahí destaca Matías Urbano, quien se hizo famoso por su celebración como pescado y por hacer goles de rabona.

El exariete atiende a La Cuarta y está lejos de entender la situación. Se ríe de la historia y agradece que “se me recuerde por lo bueno que hice en mi carrera”. Se trata del goleador del Torneo Apertura 2011. Han pasado 13 años y aun así, el Pescadito, como era apodado, reaparece en las redes cada cierto tiempo. Ahora no es la excepción. No son pocos los que recuerdan al tipo que logró anotar de rabona en fines de semana consecutivos. Eso fue en el Clausura de esa misma temporada. A esta altura, una hazaña que se ve como un elemento más del folclor del balompié criollo. En ese instante, claro, dio la vuelta al mundo. Incluso el periodista argentino Juan Pablo Varsky pidió su inclusión en el libro de récord Guinness. Pese a que no ocurrió, si fue reconocido por el periódico español Marca.

“La rabona de Matías Urbano, la más espectacular”, titularon en el diario ibérico. “Después de que Di María maravillara a Europa con su asistencia a Cristiano con una espectacular rabona, en Marca recordamos algunos de los goles que se han marcado en los últimos años con este bello gesto. Más de 23.000 personas han hablado y parece que no hay muchas dudas. Por encima de todos destaca el tanto que marcó el argentino con el Unión San Felipe chileno”, publicaron en 2013, dos años después del golazo del transandino.

Urbano ya colgó los botines. De hecho, está próximo a realizarse una operación de cadera, producto de una artrosis. Es su primera cirugía, ya que no tuvo grandes lesiones en su carrera. Hizo el curso de técnico, pero no ejerce, porque quiso desconectarse del fútbol por un tiempo. Pero le gusta recordar sus tiempos en el campo de juego y recuerda bien como trascendió su anotación. “Apareció en medios de Indonesia... en todos lados. Se publicó el video en internet y a las 24 horas tenía 250 mil reproducciones, una cifra altísima para la época. Hoy cualquier cosa llega a ese número, pero no en ese entonces”, asegura.

Ahora vive en Villa Carlos Paz, manejando su emprendimiento de una fábrica de aberturas de aluminio, pero no se complica en recordar su paso por Chile: “De los países en los que jugué, es uno de los que guardo mejores recuerdos”.

Matías Urbano
Matías Urbano sorprende con su clásico festejo en Everton, su segundo club en Chile. Foto: Photosport

Su primer arribo al país fue a Deportes La Serena a finales de 2005. En ese momento, con 24 años, aterrizaba en la Cuarta Región teniendo pasos por clubes de Argentina, Colombia, Ecuador y México. Era un trotamundos. O un “trota América”. En el país le hizo goles a los tres grandes. Sin embargo, el particular seudónimo no estaba relacionado a su estilo de juego. Más bien era por la celebración que hacía. Un movimiento difícil de describir, en el que emulaba ser un pez fuera del agua. “Ese festejo nace en México, en 2004. Tuvimos una práctica con lluvia en León y me puse a celebrar así. Nunca lo dejé de hacer y no había nadie haciendo algo parecido”, recuerda.

Su trayectoria incluye cinco pasos por el fútbol nacional: La Serena (2006), Everton (2007), Santiago Morning (2010) y Unión San Felipe en dos oportunidades (2011 y 2013). Con los del Valle del Aconcagua logró una campaña histórica, ya que se metieron en los cuartos de final y pelearon palmo a palmo ante la U de Jorge Sampaoli, finalmente campeón de ese certamen. De hecho, ahora cuenta que estuvo en la órbita del equipo azul. “Les hice muchos goles, algo así como seis partidos y siete goles. Después hubo rumores. Me hubiese gustado jugar en Universidad de Chile, por lo que significa. Más adelante estuve cerca de volver a Chile, a Cobreloa, pero no llegamos a un acuerdo”, revela.

El rey de la rabona

Luego de ser el máximo anotador del Apertura, Urbano inició su campaña en el Clausura 2011 con la misión de repetir su campaña. Si bien no pudo quedar nuevamente al tope en el listado, fue el mayor ariete de su escuadra. Y más aun, su hazaña con las rabonas quedó en la memoria de los seguidores del elenco albirrojo y de los fanáticos del fútbol chileno. En los aniversarios de Unión San Felipe, su saludo suele aparecer en las redes sociales del club. “Tengo un gran recuerdo de San Felipe. Logré ser goleador del fútbol chileno, uno de los principales logros de mi carrera”, señala.

Matías Urbano
Matías Urbano celebra en la espalda del Mono Sánchez, como si estuviera surfeando. Foto: Photosport

El primero de los tantos con la técnica que popularizó Claudio Borghi en los 80 (a quién Urbano aseguraba haber visto), fue en la segunda fecha, ante 1500 espectadores en el Lucio Fariña Fernández. El partido estaba 1-0 para Unión La Calera, había abierto la cuenta Octavio Pozo. En la búsqueda del empate, el argentino Lihué Prichoda arremetió por el sector izquierdo, centró y encontró a Urbano. El Pescadito la agarró de primera. Antes de que diera el bote, empalmó la rabona. Un tiro muy esquinado, con efecto hipnótico, que no pudo repeler Lucas Giovini. Fue el 6 de agosto de 2011. ¿Cosa de suerte?

Una semana más tarde, San Felipe recibía a Iquique. Llegaron poco más de 200 fanáticos al encuentro, de nuevo en Quillota, ahora con los aconcagüinos siendo locales. Los escasos presentes fueron los afortunados testigos de cómo Urbano demostraba que lo suyo no fue fortuna. Al minuto 42 del primer tiempo, el transandino recibió en el área, enganchó y definió de rabona al primer palo. Para el exdelantero, era un recurso y no un lujo: “Lo practicaba mucho. Era para usar mi pierna hábil. Igual hice goles de zurda, no era de palo. Todos se acuerdan de los goles de rabona, pero fechas después tiré un centro de rabona ante Audax y fue gol. Los tantos fueron distintos, también. En una la empalmé de primera y el otro fue más elaborado”, rememora.

Sus locuras tenían la aprobación del plantel. Además de hacer goles de rabona y festejar como pescado, hay otra imagen de Urbano que es recordada. En el primer duelo de la fecha 12 del Apertura 2011, Urbano le marcó dos veces a Santiago Morning. El argentino estaba en racha y venía celebrando con un paso donde simulaba estar surfeando. Percatándose de esto, Diego Sánchez, que entonces era el guardameta de San Felipe y en esa jornada fue suplente, le propuso al delantero ser la tabla de surf. “No sé por qué se dio... Él venía haciéndolo de antes y yo me ofrecí”, cuenta el portero.

Matías Urbano
En su paso por Millonarios de Colombia, Urbano conoció a Luka Modric.

Una versión que el mismo exdelantero complementa: “El Mono es un personaje. Tenemos contacto hasta el día de hoy. Es una gran persona, un amigo que me dejó el fútbol. En esa ocasión el quiso ser la tabla. Aunque ya había tenido otros compañeros que se ofrecieron de tabla, como Diego Cabrera, que fue seleccionado boliviano. La idea de surfear nace luego de ver la película Reyes de las Olas y que mi hijo imitara a los pingüinos en la casa, arriba de una almohada”.

Luego de su año soñado en Chile, Urbano dio el salto a un grande de Colombia. En Millonarios, sin embargo, no pudo emular su campaña a nivel individual. Fue campeón, pero con muy poca acción. Aun así, fue en el país cafetero donde logró uno de los registros más emblemáticos de su carrera. Una fotografía con Luka Modric, quien venía recién llegando al Real Madrid luego de estar cuatro temporadas en el Tottenham Hotspur: “Jugamos el trofeo Santiago Bernabéu... éramos el campeón de Colombia y nos hicieron ocho. Tenían un equipazo. Cambié camiseta con Modric y con el Pipa Higuain”.

Luego de jugar en el elenco de Bogotá, Urbano pasó al Club Cipolletti, del Torneo Federal A de Argentina. Pero sus últimos pasos fueron en Atenas de Río Cuarto y General Paz Juniors. Luego dejó la actividad y se fue a la ciudad en la que conoció a su esposa. Ahora sigue apareciendo todos los años en los rankings de TyC Sports, según cuenta. También afirma que mantiene un vínculo especial con Ricardo Gareca: “Me hizo debutar. Fue en la Mercosur y anoté dos goles. Hace poco me mandó saludos a través de una amiga en común, dice que también tiene grandes recuerdos de mí”. No es para menos, en el Campeonato Nacional, el Pescadito demostró que sabía jugar al fútbol.

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