La expedición a El Salvador suele ser una de las paradas más bravas que enfrenta un equipo en el torneo local, y con la misión de salir airoso del calor de media mañana en el norte, el Albo rozó un triunfo que se amargó por uno que ya le debe aparecer en las pesadillas a Mario Salas, junto a un ringtone: Felipe Reynero.

Y es que los más memoriones tenían en la retina el último cruce entre albos y mineros y el contundente 2-0 que Cobresal consiguió en Santiago, con un doblete del atacante en uno de los mazazos más duros en la persecusión que intentaba hacerle Colo Colo a la UC el 2019.

El punto es que esta vez la suplencia de Reynero no lo ponía como protagonista. Ese rol quedaba para Leonardo Valencia, quien tuvo la chance de abrir la cuenta de penal, pero sufrió por la espectacular reacción del golero Requena.

La farra, sin embargo, no sacó del partido al Leo, quien a los 66' abrió la cuenta con un impecable tiro libre. Claro que Reynero tenía otros planes.

El puntero (que había ingresado a los 64 minutos) embocó en la primera jugada tras el gol de Valencia y empató ante la incredulidad de Salas, quien minutos después masticó la rabia por un final que parecía un déja vù.

Tal cual, pues en el último minuto de descuento, el atacante le ganó la espalda al Torta Opazo y con un zapatazo desniveló a favor de los locales, dejando con las manos vacías al abatido entrenador albo.

"Me pidieron que hiciera el ida y vuelta, que llegara arriba, y gracias a Dios pude concretar", tiró con humildad el héroe del desierto, quien al parecer ya encontró la fórmula de amargar al Cacique.