A contar de las próximas semanas, en cuanto se reanuden el campeonato local y Copa Libertadores, el peso del ataque de Colo Colo y la responsabilidad de convertir correrán por cuenta de Javier Correa, el nueve que tanto deseaba Jorge Almirón y por el que la dirigencia de Blanco y Negro se decidió a abrir la billetera. Casi dos millones de dólares costó el ariete argentino que viene de ser campeón y figura con Estudiantes de La Plata, la tercera inversión más grande del cuadro albo en términos de jugadores.

Esto último, por supuesto, supone una mochila pesada que no es para cualquiera. En Macul ya tienen el antecedente de Nicolás Blandi, quien llegó en 2020 precedido por una veintena de tantos en Boca Juniors y otros sesenta y tantos en San Lorenzo, pero aquí definitivamente se le cerró el arco. La camiseta colocolina pesa, y por ahí pasan las dudas.

Pero Patricio Yáñez, justamente exdelantero del “Cacique”, lo tiene claro: “Tendría que ser muy inferior, no voy a decir muy malo, para que no le gane a Paiva”.

“Por la referencia que tengo yo es que es un nueve más parecido a Juan Martín Lucero”, se ilusionó luego, mientras comentaba su fichaje en radio Agricultura. “Uno tiene que entender que si Gustavo Quinteros y Jorge Almirón lo quisieron debe ser por algo especial”.

Finalmente, recalcó lo de antes: “Acá han llegado jugadores extraordinarios y no ha pasado nada. El fútbol chileno no es tan papaya y es increíble, porque es una liga de bajo nivel comparado con otras, (pero) hay que tener siempre el cuidado que no cualquier jugador argentino, uruguayo, en Chile juega”.

Con 31 años, Correa atraviesa uno de los peaks de su carrera. Después de empezar de abajo, en clubes como Instituto o General Paz Juniors, comenzó a hacerse un nombre en Godoy Cruz, Colón, Racing Club y el fútbol mexicano. En su última temporada, comandando el ataque del “Pincharrata”, registró el no despreciable monto de 10 goles en veintiocho partidos.