“Tiene que volver a ser el club que fundó Arellano”: ‘Quién es Chile’, el libro de Esteban Abarzúa que narra los 100 años de Colo Colo

Esteban Abarzúa recopiló las principales historias de los 100 años de Colo Colo en "Quién es Chile".
Esteban Abarzúa recopiló las principales historias de los 100 años de Colo Colo en "Quién es Chile".

El autor hizo un exhaustivo recorrido por la historia del Cacique para conmemorar este nuevo aniversario del club más ganador de Chile. En conversación con La Cuarta el escritor detalla sus principales descubrimientos y nombra a los principales referentes del equipo.

Colo Colo no solo está relacionado al fútbol. Pese a iniciarse como un club de este deporte, ha logrado traspasar las barreras sociales hasta tomar un significado más profundo para sus hinchas. Incluso afirman que el equipo representa a un país entero, pero no precisamente por sus victorias o derrotas, sino por todo lo que conlleva el Cacique.

El conjunto formado por un grupo de jóvenes rebeldes que abandonaron Magallanes, está cumpliendo 100 años este sábado, una fecha que el autor Sebastián Abarzúa conmemoró con el libro “Quién es Chile”, en el que detalla todo lo que ha sido este siglo para los albos. Un profundo recorrido desde las conversaciones en el Quita Penas, hasta los dramas dirigenciales de Blanco y Negro.

El escritor relata en sus páginas el camino de un club que comenzó de una idea revolucionaria, y que terminó convirtiéndose en el más ganador de Chile. En conversación con La Cuarta, Abarzúa menciona los principales tópicos de su texto, donde la premisa es que Colo Colo representa no solo sus colores, sino que a toda una nación.

“Es un libro para entender a Colo Colo, y entendernos también, no solamente los colocolinos, sino los chilenos. Porque en el último siglo lo que representa Colo Colo es un hecho esencial de la forma de ser chileno. Eso está presente en la sociedad de manera cotidiana en la discusión en la conversación permanente está con los goles”, señala.

Esteban Abarzúa

100 años de penas y glorias

Gestado en la cabeza de un grupo de jóvenes profesores descontentos con el trato que recibían en Magallanes, Colo Colo surge como una respuesta a la opresión. La historia de David Arellano, así como la de tantos protagonistas que en algún momento tomaron la batuta del Cacique fue retratada en el libro. Así como también la directa relación del conjunto albo con el poder, que con el correr de las décadas terminó siendo nociva y afectando para siempre al club.

La presidencia de Colo Colo es un espacio que afecta el ego a las personas por la misma convocatoria del club. Terminan siendo muy populares, a veces incluso con la sensación de ser más populares que el presidente de la república. Eso es una parte del problema”, reconoce.

Sebastián Abarzúa comenta al Diario Pop, porqué los regentes del país desde siempre se han vinculado con el equipo blanquinegro: “Básicamente por la popularidad que tiene Colo Colo, porque de alguna manera les permite vestirse de esa piel del pueblo”.

“La popularidad tiene dos vertientes, una es la masividad misma y la otra es la relación directa con el pueblo, un concepto de pueblo que es bien amplio pero que en el fondo los políticos olfatean bastante bien”, agrega.

¿Cómo ha sido la relación de Colo Colo con el poder?

—Al principio la relación de Colo Colo con el mundo político o de las clases dirigenciales no necesariamente era conflictiva. Eso cambió a partir de los años 70′.

En algún momento de la historia de Colo Colo, al principio, cuando vuelven de la gira del 27′, donde fallece David Arellano, en ese primer partido amistoso llegó Carlos Ibáñez del Campo, que había asumido hace muy poco como Presidente.

Esa situación inaugura una época de relación directa del poder con Colo Colo, pero no fue necesariamente conflictiva porque el club siempre fue visto como un vehículo de difusión de ideales, como la patria, la nación,el desarrollo de las personas.

Además, a fines de los años 40′ cuando se hablaba de un conflicto entre Chile y Argentina, una de las primeras soluciones es que Colo Colo vaya a jugar un partido a la frontera para hacer patria, pero no pudo ir por temas de calendario.

Ese concepto de la relación sana cambia después de los años 70, obviamente con la intervención de la dictadura. En la intervención ilegal del 76′ se deja a cargo de la administración del club a un grupo económico que no tiene ninguna relación de ningún tipo con el fútbol, menos con Colo Colo, que son los Chicago Boys. A partir de ahí cambia todo, la relación de Colo Colo con el poder, se vuelve más compleja.

La destitución de la directiva de Héctor Aladino Gálvez en 1976, lamentablemente no tuvo las consecuencias que debió haber tenido para la dictadura, y dejó a Colo Colo con muchas deudas.

¿Cuál fue el periodo de Colo Colo en que costó más acceder a la información?

—Fue un trabajo arduo de investigación. Tuve la colaboración de Sebastián Salinas que escribió “Por Empuje y Coraje”.

Hay distintos niveles de dificultad. Lo más difícil son los primeros años, cuando se habla de la fundación, de hecho son los capítulos más cortos dentro del libro, pero que están muy condensados respecto de la información que había. Me habría gustado encontrar más cosas, yo creo que hay personajes que todavía están por desarrollarse, por ejemplo, algunos fundadores que no se les conoce mayormente la historia.

Sí pude encontrar, historias sobre Juan Quiñones que para todos hasta ahora es como el personaje de: ‘Vámonos Quiñones’, después de eso no hay muchas más historias sobre él, siendo uno de los personajes principales de la fundación.

Le dediqué mucho tiempo al tema de la intervención de Colo Colo en 1976, porque había mucha información dando vuelta. La explicación que siempre se dio sobre porqué la dictadura instrumentalizó a Colo Colo ese año era muy básica.

¿Cuáles son los principales hallazgos del libro?

—Fue interesante descubrir que la PollaGol empezó, el mismo fin de semana en que fue intervenido Colo Colo. Y la PollaGol es uno de los instrumentos más exitosos de la dictadura en términos de políticas sociales, sin que les costara un peso, porque la plata la ponía la misma gente.

Y el fútbol recibe un espaldarazo de popularidad por lo mismo y eso también está retratado, por ejemplo, en el clásico entre Colo Colo y La U, que también está directamente relacionado con la PollaGol. La primera vez que se habla de clásico en la Revista Estadio es en un boletín que se publica como anexo a la revista, y ahí se habla del clásico por primera vez. Colo Colo con Magallanes o la Católica con la U eran los clásicos antes.

Sí hay un antecedente importante en el año 59′, con el nacimiento del Ballet Azul, pero a pesar de eso, no se constituye como el clásico, ni la U se transforma en un equipo popular, en el sentido de trascender en distintos sectores de la sociedad.

Fue interesante también descubrir muchas cosas que no habían sido lo suficientemente investigadas. Obviamente por todo el apagón que hubo en términos informativos durante la dictadura. Pero después, en la recuperación de la democracia tampoco se llegó más profundamente en esos conflictos entre el fútbol y la política.

¿De qué hallazgo te sientes orgulloso?

—De la vinculación de la fundación de Colo-Colo con el movimiento de los profesores. Explicar cómo fue realmente ese movimiento y la participación tuvieron o pudieron haber tenido Arellano, Quiñones, Sepúlveda, y Absalón Bascuñán que no era de Magallanes, pero sí de los profesores y de la Escuela Normal.

Ellos estuvieron en todo el proceso, y haber descubierto que ellos eran miembros activos de la Asociación General de Profesores, que Quiñones participó en la primera convención de la Asociación General de Profesores en enero de 1924, y eso yo creo que da un paso adelante en la historia de Colo Colo respecto de saber quiénes son los fundadores y abre la puerta a futuras investigaciones.

¿Cuáles han sido los principales aciertos a nivel dirigencial en Colo Colo?

—Partiendo por el nombre. Yo no sé si con otro nombre, porque hubo alternativas, habría tenido el mismo impacto que terminó teniendo ‘Colo Colo’. Representa a nuestra raza sin igual, como dice el himno de Carlos Ulloa Díaz. Después de eso ya vienen las decisiones sobre el estadio, eso es muy importante porque va a hacer una diferencia trascendental porque no es cualquier estadio.

No se puede descartar todo el proceso que termina en la Copa Libertadores de 1991, también como una secuencia feliz de decisiones directivas que van determinando la construcción de un equipo. La decisión de contratar al entrenador ideal para ser competitivo internacionalmente (Mirko Jozić) y eso fue pura visión de Peter Dragicevic en su momento, para traer al entrenador campeón del mundo con la Sub 20 de Yugoslavia. Después todo ese proceso termina, lamentablemente, no de buena manera.

Los valores de Arellano

En “Quién es Chile”, el autor relata cuáles eran los principios que David Arellano inculcó en el club en sus inicios, donde se destacan valores como la responsabilidad, respeto, competitividad, pulcritud, entre otros. Conceptos que llevaron al conjunto albo a lo más alto, y que lo diferenciaron del resto, pero qué tan presentes están en la actualidad estos mandamientos entre quienes representan Colo Colo.

¿Se perdieron los valores de Arellano?

—Las sociedades evolucionan, hay que tener en cuenta que Arellano era un rebelde. Arellano en el momento en que va a ser elegido capitán de Magallanes, no era bien visto por las instituciones del fútbol chileno en ese momento, ni los dirigentes.

En ningún momento pide plata por jugar. Lo que sí, quiere que se inviertan esos dinero en infraestructura, en equipamiento, quiere sacar la cantina de la sede del club, muchas de las de las cosas que propone estaban mucho más allá de las atribuciones de un capitán, se estaba inmiscuyendo en la parte dirigencial, eso no les pareció bien.

Entonces, cuando hablan de los valores de Arellano también hay que situarlo en su tiempo. Hoy día parece una figura universal, pero en su momento fue muy discutida. Los valores de Arellano representan en primer lugar un motivo de inspiración para los colocolinos y están en permanente evolución. Creo que se complejizan con las sociedades, Chile es muy distinto hoy día de cómo era hace 100 años.

Hoy día existen las barras y es probablemente ahí a donde se apunta a si están los valores de Arellano o no. Las barras bravas son susceptibles de mucha crítica y en algunos casos muy justas, pero también representan a sectores sociales a los que hay que prestar más atención y no solamente criminalizarlos, la rehabilitación también es un concepto “arellanístico”.

Los valores de Arellano no solamente son un buenísimo, sino que tienen relación con aquellos que tienen menos y cómo lo vas a enfrentar desde el punto de vista de un equipo de fútbol, en este caso.

¿Quienes son los jugadores que mejor han representado los valores de Arellano?

—Carlos Caszely, Marcelo Barticciotto, “Chamaco” Valdés, los principales. Lizardo Garrido, Leonel Herrera Rojas (padre), Elson Beyruth, los hermanos Robledo (Jorge y Eduardo), Manuel “Colo Colo” Muñoz, Enrique Sorrel, Guillermo Chato Subiabre.

Todos han sabido acompañar su historia dentro de la cancha, con actividades fuera, lo que les permitió adquirir otra dimensión como ídolos, involucrados en las cosas que le pasaban a las personas en su tiempo.

¿Qué desafíos le dejarías a Colo Colo para los siguientes 100 años?

—Colo Colo tiene que tomar una decisión sobre el estadio en los próximos 10 años. El Cacique necesita un estadio de acuerdo a su convocatoria y su historia.

El otro desafío es la recuperación del Club Social y Deportivo Colo-Colo de los destinos del equipo, y para eso tiene que preparar a gente, preparar al socio, reformar sus estatutos y profesionalizar la gestión. En el fondo que sea un club viable. Va a volver la democracia al club, tiene que volver a ser el club que fundó Arellano y eso tiene que darse en los próximos 10 años.

Esteban Abarzúa

COMPARTIR NOTA