—¿Qué tal? Festival…

La frase que lanza Álvaro Henríquez, justo antes de arrancar con “Sudapará”, aquel 14 de septiembre de 1995, en un set de Miami, no solo da pie al categórico superventas de Los Tres; hay un guiño ineludible al Festival de la Una, el programa que acompañó los almuerzos de las clases populares en Chile durante la última década de Pinochet.

Cierta batería de gestos —como el casco militar de segunda mano, las cuecas choras de Roberto Parra o unos pocos aforismos de la sabiduría popular (como el mítico “no hay primera sin segunda”)— dan cuerda a este asunto: que Los Tres profundizaron, como ninguna otra banda de su generación, en los vínculos entre el rock chileno y la tradición.

Hace unos días, de la mano de Libros del Pez Espiral, la historia de ese concierto —que terminó configurando el álbum Los Tres MTV Unplugged—, acaba de ser editada como una crónica con los testimonios del cantante y principal compositor del grupo, Álvaro Henríquez, junto a cercanos de la época, como el entonces hombre ancla de MTV, Alfredo Lewin —”uno de los articuladores en las sombras del concierto”, según reza la publicación—, y los productores de la cadena, Alex Pels y Paula Golbin.

“Hicimos furor”, resume Álvaro en Los Tr3s (2011, RIL), el libro de fotografías del bajista Roberto “Titae” Lindl, donde también puede rastrearse ese ambiente, entre las habitaciones del Hotel Delano en Miami, o del conjunto en compañía de la VJ de la época, Ruth Infarinato.

La calidez del momento

Dice Henríquez en Los Tres desenchufados: una crónica del Unplugged —el título del nuevo libro— que tenían en mente lo hecho por McCartney en su propio disco acústico, el Unplugged que grabó para la cadena en 1991.

Pero el “Jefe de jefes” también menciona otro antecedente que nos sitúa en plena Revolución de las flores: el mítico The King in the Ring que Elvis grabó el 68.

Con esas dos brújulas, el grupo planifica y ejecuta un hito sin precedentes para la música chilena. El show televisado no solo fue emitido a escala continental por MTV; también, fue grabado a la par de los registros de Charly García y Café Tacvba, y dio cuenta de un fenómeno que, un cuarto de siglo después, ha moldeado una ética y una estética en el país.

Un punto interesante es que salvo “Traje desastre”, las quince canciones del Unplugged de Los Tres no solo fueron capturadas en una toma única, con instrumentos desenchufados al ciento por ciento y ejecutados con maestría por el grupo; la periodista Marisol García, autora de esta crónica inflada con recortes de prensa de la época e imágenes de coleccionistas, subraya el que tal vez sea el atributo principal de aquel registro.

Los sonidos naturales de la instrumentación de Los Tres fueron captados “por micrófonos de alta sensibilidad y gran respuesta de frecuencia —escribe— , en parte responsables de transmitir aún hoy en disco la calidez del momento”.

Los Tres desenchufados: una crónica del Unplugged (2021, Libros del Pez Espiral) ya está en librerías y será presentado este sábado en el GAM, día en que coincidirán las tiendas de merch oficiales de Los Tres —Fome— y Los Jaivas —Volantín—.