No basta: Chile lidera el emprendimiento temprano global, pero…

El acceso a financiamiento es tal vez la mayor barrera que enfrentan los emprendedores nacionales. Tan sólo un 34% de las empresas consiguen los recursos necesarios.

El crecimiento constante de su ecosistema empresarial en los últimos años le ha permitido a Chile consolidarse como un referente en el ámbito emprendedor latinoamericano. El sólido respaldo institucional o el cambio cultural que promueve cada vez a más mujeres liderar proyectos innovadores son algunos de los motivos. Dicho lo anterior, queda camino por delante. El éxito está marcado por desafíos no menores, como el acceso a financiamiento o la formalización de las empresas.

En 2022 fueron más de 731 mil las compañías registradas, de las cuales 720 mil corresponden a micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), lo que supone que el emprendimiento debe ser considerado un motor clave de la economía nacional. Es más, según el Ministerio de Economía, estas MIPYMES engloban un 98% del total de empresas y aportan en torno al 17% del Producto Interno Bruto (PIB).

Hay más: el informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2024 ubica a Chile segundo país del mundo con mayor actividad emprendedora temprana, lo que quiere decir que existe un entorno propicio para la creación de nuevas empresas. Incluso, tomando en cuenta los retos estructurales que enfrentan otras economías.

Y desde luego, uno de los aspectos que más resaltan de este auge emprendedor es el gran aumento de la participación femenina. La incorporación de las mujeres, en 2023, alcanzó el 30,2%, superando al 25,2% del año anterior. Eso, para Erik Escalona Aguilar, director de la Escuela de Administración y Negocios de la Universidad Bernardo O’Higgins (UBO), “refleja un cambio cultural profundo, donde las mujeres están demostrando su capacidad para innovar y liderar proyectos empresariales exitosos”.

Los desafíos

De todos modos, los emprendedores continúan enfrentando obstáculos significativos.

Por ejemplo, el acceso a financiamiento: apenas un 34% de las nuevas empresas consiguen el apoyo económico necesario para mantenerse en una primera etapa. Las complejidades legales y la gestión del flujo de caja son otros asuntos que maridan con la incertidumbre y dificultan el crecimiento de los negocios.

“Es fundamental seguir impulsando políticas públicas que faciliten el acceso a capital y que promuevan la formalización de las empresas”, asegura Escalona. “Hoy más del 40% de los emprendedores operan de manera informal, lo que limita su acceso a beneficios como seguros sociales y créditos”.

Una compañía que logró sortear las dificultades económicas y de mercado es I am Not Plastic (IANP), startup chilena que ofrece soluciones 100% compostables diseñadas para erradicar el plástico de un solo uso en los hogares y las empresas y así reducir la huella ecológica. Rodrigo Sandoval, su CEO, comenta esto:

“Hay un cambio cultural importante en Chile respecto al emprendimiento. Cada vez más las personas valoran productos que son conscientes con el planeta. Esta tendencia impulsa a los emprendedores a innovar, creando negocios que son responsables, lo cual no solo beneficia a las empresas, sino también a toda la comunidad”.

De hecho, para Erik Escalona “el emprendimiento del futuro será más verde y digital”: “Las nuevas generaciones están adoptando con fuerza la economía circular y las tecnologías limpias, lo que representa una oportunidad única para que las firmas se adapten y prosperen”.

Sandoval, de IANP, convalida lo último, señalando que Chile avanza en su camino hacia un ecosistema emprendedor robusto y dinámico. “Con políticas públicas adecuadas y un apoyo institucional continuo”, concluye, “el país tiene el potencial de consolidarse como líder en innovación y emprendimiento en la región”.

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