Jordi tuvo un mal 2015 y dejó todo pa’ virarse a Gringolandia. Ahora, por allá en Chicago, al fotógrafo parece que la vida le sonríe y el amor también. Eso al menos sapearon los ágiles de “Glamorama”: Jordi tiene una nueva relación y se proyecta con serias intenciones.

La pareja se conoció en un café yanqui, así como en las películas. Allí lo vio Matt, un ingeniero comercial que quedó flechado con los ojitos de piscina de Castell. El farandulero y el profesional ya pololean, incluso Jordi ya va a pegar en la pera a la casa de campo de los taitas de su gringo.

Se espera que pronto viajen a Chile, donde Jordi le presentaría a su abuelo a Matt, todo en la celebración de los 90 años de su adorado tata.