El puerto entero lloró por Pujillay

Cantando con guitarra en mano y al son del estribillo "música, mucha música para ser feliz" unos emocionados Pujillay despidieron al más joven de sus miembros: Sergio Morales, quien falleció el pasado jueves a raíz de las secuelas de una pancreatitis que lo mantuvo 11 días grave en la UCI del Hospital Carlos Van Buren.

Asistieron más de 500 personas y sus eternos compañeros Marcelo Romero, Carlos Núñez, Álvaro Salas y Manuel Chamorro se pararon frente al féretro, recordaron en la voz de Chamorro sus años salesianos, primeros ensayos, carretes y reuniones que empezaban y terminaban con una canción.

Y como ésta no podía ser la excepción, los Puji invitaron simbólicamente a Morales a tocar su guitarra y le rindieron un emotivo homenaje cantando Mañana en el Campo y Música, ésta última compuesta por uno de los sacerdotes del colegio donde el grupo nació y que fue coreada por los centenares de familiares, amigos, compañeros, profesores y alumnos que terminaron con un aplauso en su honor.

"Todas las reuniones de Pujillay terminan y comienzan así, cantando. Ha sido una de las presentaciones más difíciles porque ninguno podía cantar, entre nosotros sentíamos que faltaba algo, pero él se merece esto, fue un buen tipo, un buen amigo, un buen músico y había que despedirlo como a él le gustaba: Con alegría", dijo Manuel Chamorro.

Tras cargar el féretro junto a sus compañeros y familiares, el humorista Álvaro Salas, con la garganta apretada y emocionado recordó a Morales como un gran amigo y hermano. "Un amigo derecho, leal, incondicional y más allá del artista, un hermano (...) Pero con la fuerza que nos va a mandar Sergio donde esté, el espíritu de Pujillay no va a morir nunca", afirmó.

Tras la ceremonia, realizada en la Iglesia Juan Bosco de Valpo, los restos del músico fueron sepultados en el cementerio Parque del Mar de Concón.

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