Una inédita conmoción ha provocado la vuelta de Locomía a Chilito, la que ha dejado a varios saltones, partiendo por Felipe Camiroaga.

El animador del Buenos días a Todos contó ayer en su programa que tiene una talla bien buena con el grupo finito español seco para los abanicos y los trajes cuáticos.

La historia ocurrió en el Festival de Viña del Mar de 1992, cuando al finalizar su show, el chascón Carlos Armas lo llamó por teléfono y lo invitó a cenar al Hotel Miramar.

El animador se negó y le dijo que no era de "ese" tipo de hombres: "Carlos me llamó en esa ocasión invitándome a comer, proposición a la que me negué diciéndole que no era de ese tipo de personas".

"Yo disfruté con el baile en ese show, por lo que posiblemente él me vio bailando y yo como estaba emocionado con el ritmo, quizás le di falsas esperanzas", dijo Felipe, dejando clarito que lo suyo no son los abanicos.