"Matiláis" no acepta que se crea que su relación con Arenita es un tongo y menos que la escena de celos, digna de culebrón venezolano, que se mandaron en la Costa Varúa no fuera tan real como el amor que los une.

El cabro, cuyo verdadero nombre es Sergio Hernández, de 20 años y que está pinchando desde principios de mes con Natalia Rodríguez, es claro y tajante: "Todo lo malo que dicen de nosotros es falso".

- Pero tiene un olor a tongo...

- Mi romance con  Arenita es de verdad, no es un chiste o un tongo.

- Es que los que vieron la escena de celos en el Costa Varúa no les creyeron nada.

- Fue real, me enteré por la prensa que Karol le mandó mensajes. Si ella me lo hubiera dicho, no habría pasado nada. Me molestó que no me haya dicho.

- Dicen que tu romance sería para que tú saltes de una a la fama.

- No, nada que ver. Eso no tiene importancia para mí, la quiero mucho.

- ¿Estás enamorado?

- Es prematuro hablar de eso, ahora estamos en proceso de conocernos y para allá vamos.

- ¿Qué pasaría si Karol vuelve a reconquistarla?

- No sé, él está en Miami con la Faloon y de más que algo pasará entre ellos. Estará en otra. Ya los han visto juntos en el auto de él, así que deben estar juntos, además confío en lo que siento.

FLECHAZO

Allá por el 2006 se vieron por primera vez Matiláis y Arenita, cuando la chicuela fue a animar un show al Liceo de Aplicación, recinto donde estudió el cabro: "Ella me pidió el mail, pero de ahí hablamos muy poco (...) Al año siguiente yo entré a una serie pokemona que hubo en terra llamado "Nikolais: El diario de un pokemón" (de ahí le pusieron su apodo) y pudimos conversar más".

Este año el galancete estuvo en "La muralla infernal" de MEGA, cuando supo del accidente de Arenita. "La fui a ver a la clínica, pero estaba sedada. Ella supo que la fui a ver y empezamos a hablar ene por MSN". Finalmente, el domingo 29 de noviembre fueron al mall a comer y a ver "Luna nueva".

- ¿Y el primer beso?

- 2 de diciembre en su casa.

- Mmm...¿Se lo diste tú o fue ella?

- Ella me lo dio. Yo me hice el loco hasta que ella me aguachó.

Por Alberto Brieba L.