Leandro Martínez y su pareja, Camila Guzmán, andan escuchando las mejor balada tras el nacimiento ayer de sus trillizas: Las gemelas Maite, Tania y la melliza Emilia.

“Salió todo impecable, sin ninguna preocupación. Como son sietemesinas ahora están en incubadoras y tendrán que pasar un tiempo en la clínica antes de poder irnos a la casa”, comenta el papi primerizo al diario pop.

Las princesitas adelantaron su llegada al mundo, ya que la visita al pabellón estaba pensada para el 25 de agosto. “Fue cesárea debido a que era un embarazo múltiple  y a estas alturas las niñas ya no estaban teniendo espacio”.

-¿Estuviste presente en la llegada de las nenitasx?x

-Ingresé, había mucha gente, más de lo normal por lo que me decían. Había dos personas para recibir a cada bebé, limpiarlas, medirlas, verles el peso. Es como una película que pasó muy rápido y que sé que no volveré a ver. Tomé algunas fotografías que quedarán como nuestro registro.

-Debes haber soltado más de una lagrimita.

-Fue emocionante, se me pasó por la mente todo lo difícil que fue concebirlas, todo el proceso que vivimos partiendo por el tratamiento para lograr traerlas al mundo. La emoción me desbordó y no paré de llorar en un buen rato.

-¿Y a futuro quiere seguir agrandando el clanx?x

- Yo desde chico que quería tener un hijo, incluso hasta la tenía el nombre, Nicolás. Ahora cuando Diosito nos mandó tres niñitas, quizás está ahí la idea de poder traer al mundo un hombrecito,  pero lo vamos a evaluar porque hoy están las niñitas que nos van a demandar bastante tiempo.

TALENTO OCULTO

Cualquiera pensaría que con un trío de coristas Leandro tendrá que cuidar la garganta para asegurar el doble de pega, pensando en los gastos que se le vienen. “Soy muy creyente, sé que Dios va a proveer, así lo ha hecho. Afortunadamente me considero una de las alternativas románticas musicales de nuestro país y tengo bastante trabajo, de eso no me puedo  quejar”.

Con la casa aperada para recibir a las pitufas, Leandro también les quiso tener un regalo especial. “Yo  con mis propias manos hice las tres cunas, con el ánimo que el lugar donde se van a  cobijar sus primeros años sea algo que sepan que se los hice yo con amor”.

- Estamos al otro lado entonces: si falta canto, te aseguras con una mueblería

-(Risas) Mi viejo también es muy bueno en las manualidades y heredé parte de su talento con el martillo y el serrucho. Lo único que puedo decir es que de hambre no me voy a morir, porque sino es la música será hacer cunas o muebles.

Leandro Martínez está más feliz que nunca con sus trillizas.