Lucybell y su "chantado" regreso a las giras
Bien relajados pero con las ganas de un quinceañero, los cabros de Lucybell se instalan en su encachada sala de ensayo tras un breve pero reparador almuerzo.
Están con las pilas cargadas, pues en pocos días volverán a sentir el nervio de realizar una completa gira nacional con su formación original.
Esto quiere decir que a los actuales Claudio Valenzuela (voz y guitarra), Eduardo Caces (bajo) y Cote Foncea (batería), se sumarán los antiguos Pancho González (batería), Gabriel Vigliensoni (teclados) y Marcelo Muñoz, en bajo y guitarra.
Por eso mientras Vigliensoni se pone unas cómodas pantuflas para aguantar las interminables horas de ensayo, y Marcelo Muñoz prueba los efectos de su guitarra a todo chancho, Claudio Valenzuela y Pancho González se les suman dando el vamos a la música con dos hits noventeros que ESP pudo escuchar en vivo y en directo: “Viajar” y “Sembrando en el mar”. Dos clásicos.
Mirando de cerquita, Foncea y Caces nos explican cómo se vendrá la reunión cumbre: “La idea de juntarnos nació cuando cumplimos 18 años de carrera, pero recién se concretó a los 21. Como entre los seis hay harta camaradería, esto se ha dado fácil. Llevamos seis meses trabajando, pero porque los shows del tour serán de por lo menos treinta canciones”, explicaron.
El plan es que se arme una mezcolanza de músicos arriba del escenario, tocando en formato de trío, cuarteto y quinteto, hasta juntarlos a todos para meter más boche que carrete universitario. “Vamos a transgredir las canciones, que no sean como suenan en los discos y eso hará mucho más atractivas las presentaciones”, agregaron.
Los cabros tocan este sábado en el Teatro Caupolicán y de ahí se irán por el norte y sur, donde tocarán tanto en arenas como en discoteques y casinos: “Los casinos son un espacio que se está abriendo y hay que hacer uso de ese espacio”, explicó Caces.
A RODAR LA BOLA
Un aspecto que nos destacaron mucho los músicos es la gran diferencia que existe entre pegarse giras ahora y antes, cuando eran más jóvenes y la industria funcionaba distinta: “Lo bueno es que ahora no hay tanto intermediario. Tanta gente que se presentaba como amigo tuyo y eran una suerte de parásitos. Ahora hay menos parafernalia y menos champagne”, explicó el Cote.
“Lo mejor es que los músicos somos dueños de nuestras canciones y no la industria, que ya murió, pero nosotros seguimos aquí y nos agrada”, remató Caces.
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